Almería se convierte a partir del segundo tercio del s.XIX en exportadora de uva a nivel internacional, lo que posibilita la extensión del número de parrales que originalmente nacieron en Ohanes, hacia la cuenca media del Valle del Andarax. Fue una gran fuente de riqueza para la zona, como así atestiguan las numerosas casas burguesas en los pueblos a orillas del río, pero a principios del s.XX una serie de acontecimientos irían minando el próspero negocio de la uva.
La década de oro de la uva (1900-1910) vendría propiciada por la recuperación del parral de la terrible plaga de filoxera que azotó Almería en la década anterior. La expansión de los parrales alcanzó su cota máxima, llegando a las 6.500 Has., y se llegó a exportar 60.000 toneladas de uva en 1907. Como consecuencia, muchos pueblos vieron incrementada su población. Pero en 1910 una nueva crisis azotó la comarca del Valle debido a la gran caída del precio de la uva, ya que ésta había perdido cualidades por haberse usado todo tipo de suelos durante la expansión en la época dorada.
La falta de trabajo y hambre a finales de 1910 se hizo patente entre la numerosa población que habían propiciado los tiempos de bonanza. La crisis se cebó principalmente en el pueblo de Instinción, donde familias enteras se habían sumido en la más absoluta pobreza, que no tenían dinero ni para lo más básico como el pan, y el índice de analfabetismo rondaba el 75%. Por no agravar la situación, el alcalde no dio parte a la Administración de Hacienda de la relación de los viñedos aún afectados por la filoxera, lo que le valió una multa por parte de éste organismo. Los ánimos estaban muy caldeados y se temían revueltas en todo el Valle. Los vecinos estaban en una situación insostenible, y alguien decidió que aquello debía cambiar.
Don Felipe Trujillo Torres, abogado, propietario de viñedos y vecino de Instinción, se puso a la cabeza de una reivindicación que podía suponer el revulsivo que toda la comarca necesitaba. En noviembre de 1910 se produjo un multitudinario mitin en las casas consistoriales, al que acudió todo el pueblo y también numerosos vecinos de los pueblos colindantes. En aquel acto se designó una junta, en la que el mismo fue elegido como presidente, encargada de gestionar los trámites necesarios para la construcción de la carretera desde Almería a Laujar, comunicando a su vez los pueblos del Valle del Andarax, que hasta la fecha sólo usaban el cauce del río como camino, cuando su caudal lo permitía. La propuesta fue recibida con gran esperanza y todos los medios escritos de la época apoyaron la propuesta, presionando así al Gobierno de España. Se enviaron telegramas al Presidente del Consejo de Ministros, solicitando la pronta toma en consideración del proyecto, que supondría trabajo para cientos de familias debido a su gran envergadura.
Finalmente el 17 de abril de 1911 comenzaron las obras y supuso una gran fuente de trabajo para los pueblos del Valle, no sin atravesar por momentos difíciles, ya que durante su construcción se produjo una paralización y retirada de fondos en el tramo de correspondiente a Gádor. Todos los obreros se amotinaron violentamente, invadiendo comercios y casas consistoriales y ocasionando bastantes destrozos. Se volvería a retomar en julio de 1912. Paradójicamente el tramo correspondiente a Instinción, el pueblo del que surgió la iniciativa, fue el que más retrasos sufrió y el último en terminar de construirse, por lo que su principal impulsor, Don Felipe Trujillo, que falleció en su pueblo el 13 de junio de 1913, no llegó a ver la carretera terminada.
Al pueblo de Instinción y a mi buen amigo Guillermo Castro.
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