Las 12 identidades ‘perfectas’ de Edurne Herrán en el CAF

El Centro Andaluz de la Fotografía acoge desde hoy una nueva exposición que se sale de lo que cabría esperar de una institución que debe su nombre al noble arte de capturar imágenes con una cámara.

La vasca Miriam Edurne Herrán trae un ‘happening’ en el que desdobla su personalidad en 12 identidades distintas con las que propone diferentes experimentos sociales. “Me he sentido como una antropóloga cada vez que me disfrazaba y salía a la calle”, explica la artista. 

“Todo esto surge de mi experiencia personal en la que, desde siempre, me he sentido discriminada de alguna manera por mi indumentaria o mi aspecto”, comenta Herrán. “Mi vida cambió de la noche a la mañana por ponerme una peluca negra y quitarme los piercing”, añade.

La intención de este “experimento artístico” es la de demostrar la “hipocresía que todos tenemos en esta sociedad”, en palabras del Delegado de Cultura de la Junta de Andalucía, Alfredo Valdivia, que acudió a la presentación realizada ayer en el propio CAF.

Sin embargo, y aunque el contenido de esta exposición es mucho más conceptual que físico, no deja de tener una relación con la fotografía, que vertebra la parte más visual de la muestra. Lo que el espectador encontrará cuando visite el museo será una sala dividida en varias secciones en las que se encuadran los distintos “experimentos” que componen ‘Futuro perfecto'. Encuentros con un vidente, entrevistas de trabajo, distintos perfiles de Tinder (la red social de citas), o las elucubraciones de un quiromante (lector de manos), siempre desde las distintas perspectivas de los ‘alter ego’ que Edurne configuró ‘ad hoc’, durante los tres años en los que desarrolló su trabajo.

“Pienso que los artistas tenemos un compromiso con la sociedad, solemos ser muy egoístas”. En este sentido, la artista reivindica una lucha que ha sido parte de su vida: “Siempre he luchado en contra de los estereotipos que hacen que prejuzguemos a la gente por su forma de vestir”. Y es que, en gran medida, esta obra reivindica el tener esa mirada más allá de la apariencia, de buscar en el ser humano lo esencial. Aquello que es invisible a los ojos, que decía el zorro en ‘El principito’

“Este proyecto es especialmente interesante para adolescentes, el de los clichés es un tema sensible en esa etapa de la vida”, concluye Herrán.