Melodías encadenadas

El pasado viernes se presentaba en la Biblioteca Villaespesa de Almería la última obra de la periodista y escritora vasca afincada en El Ejido, Mónica Sánchez:  “Melodías encadenadas” .

Mónica Sánchez (Barakaldo,1965). Es licenciada en Ciencias de la Información y máster en Periodismo, profesión que viene ejerciendo en diferentes medios. 

Su trayectoria como escritora comprende diversas antologías de relatos,  así como labores de coordinación editorial con su sello de cabecera, Playa de Ákaba, en el que ha publicado sus dos novelas: Vivir del cuento (2015) y El boli de firmar libros (2017), primera y segunda parte de una trilogía, cuya tercera y última entrega se encuentra en proceso de redacción. 

Abría el acto el delegado Territorial de Cultura, Turismo y Deporte, Alfredo Valdivia, quien subrayaba el protagonismo que este año están teniendo las escritoras en el compendio de las propuestas del Centro Andaluz de las Letras, manifestando con ello su regocijo en cuanto a los resultados y tras la Feria del Libro. Y tuve la oportunidad de ejercer de maestra de ceremonias de una fiesta donde se dieron cita: la literatura, la música y el diálogo amable surgido desde la emoción que supone la catarsis de sentirse escritora, algo que Mónica Sánchez lleva desarrollando en toda su obra como argumento y que preside también esta propuesta. 

Melodías encadenadas

Es un libro de relatos dividido en 16 capítulos engarzados, respondiendo a la intención de construir un todo a través de dos hilos conductores: por un lado el proceso creativo y por otro la música. Mónica nos revelaba su gusto por mezclar la narración con otras artes o disciplinas. En este caso la música ocupa un sitio prevalente. Mientras charlábamos en el escenario de la Villaespesa, tuvimos el placer de contar con  dos teloneros de lujo, Antonio López y Diego Contreras, que con sendas guitarras y sus voces arroparon la obra de Mónica con versiones muy acertadas de tres piezas del pop español y que forman parte del discurso narrativo de esta obra: La chica de ayer (Nacha Pop), Sin documentos (Los Rodríguez) y cerrando el acto, Noche de Bodas (Joaquín Sabina), lo que contribuyó a escenificar la buena mezcla resultante.

Fue muy interesante desgranar el proceso creativo de Mónica Sánchez, a través del esbozo de varios relatos que forman parte del libro tales como: El expreso de Lexington Avenue o Virginia, donde su fascinación por la cultura anglosajona, su gusto por los finales felices y el desarrollo de un estilo con ritmo de “Andate”, quedan patentes. Por último nos refirió que, como vasca, y  tras media vida transcurrida en el País Vasco, siente que ha llegado el momento de escribir sobre lo que supuso para ella crecer en aquel ambiente, en la etapa más dura del terrorismo de ETA, los años ochenta, donde la autora pasó su juventud, algo de lo que aún le cuesta hablar. Mucha suerte, Mónica. Felices libros.