Poco antes antes de la hora fijada para salir -con los miles de manuscritos guardados en baúles listos para su salvación-, Ismael Diadié salió a la puerta y se encontró a 55 personas esperando. “Si tú te vas, no se queda nadie”, le dijeron. Volvió dentro y, sin titubear un instante, sentenció: “Tenemos que dejar los manuscritos”. En apenas treinta minutos, los hicieron desaparecer.
Salió de Tombuctú con las 55 personas. Superaron juntos varios controles de yihadistas armados con kalashnikov. “Había visto ‘La lista de Schindler’, película que me impactó, pero nunca imaginé que tendría que vivir aquel viaje”, expresó Diadié el miércoles durante la presentación de su último libro -organizada por el Centro Andaluz de las Letras (CAL)- en la Biblioteca Villaespesa de Almería; ciudad en la que reside desde hace años.
‘Diario de un bibliotecario de Tombuctú’ (Almuzara) es el testimonio de la lucha titánica de unos pocos para salvar de la barbarie el Fondo Kati, la biblioteca creada por la familia Kati y reunificada por Ismael Diadié a lo largo de los años. “No es un diario al uso, trasciende de la mera descripción de los acontecimientos bélicos y se adentra en el vericuetos del ser humano con íntimas reflexiones”, sostuvo el escritor Antonio Llaguno.
Dividido en tres partes, abre el volumen la carta al Premio Nobel Desmond Tutu, la parte central es el diario en cuestión y lo cierra, la carta a la presidenta del Tribunal Penal Internacional, Fatou Ben Souda, a la que Diadié escribió tras el arresto del hombre que había destruido dieciocho mausoleos en Tombuctú -incluidas las tumbas de sus padres- para decirle que hacer justicia no es condenar, sino perdonar, y él perdonaba.
Con su hablar sosegado, el protagonista de la velada dejó frases para el recuerdo ante una Villaespesa en la que no se oía ni un susurro y el tiempo parecía haberse detenido: “Cada vez que el hombre ha estado convencido de tener la verdad de su lado, ha destruido”. “Hemos levantado muros entre razas, religiones y es más fácil amar que odiar; el odio pesa demasiado”, añadió.
Su intervención, la de Llaguno y la del delegado Alfredo Valdivia estuvieron salpicadas por la lectura de los escritores Juan José Ceba, Pilar Quirosa, Francisco Vargas y Virginia F. Collado y el actor Jesús Herrera.
La biblioteca de las tres culturas
Tal y como explicó en ‘SER Historia’ Ismael Diadié, “más que una biblioteca andalusí, el Fondo Kati es una biblioteca de las tres culturas porque cuenta con manuscritos hebreos, árabes y cristianos; es la biblioteca africana con más salmos de David, de modo que la familia no se ha olvidado de su pasado, pero ha acumulado conocimientos de todos los horizontes. El Fondo Kati es hoy por hoy la biblioteca de las tres culturas”.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/5/vivir/152410/ismael-diadie-el-schindler-de-tombuctu