Paco Peregrín inunda el CAF de color

De entrada, ya sorprende encontrarse en el Centro Andaluz de la Fotografía una colección tan alejada del canon. Tan colorista, efectiva, directa y poco normativa. Es un contraste lógico que viene de visitar la primera planta de un CAF que, en esta ocasión, pone todas sus salas a disposición de la obra de uno de los fotógrafos de moda más importantes de España, el almeriense Paco Peregrín (1976).

El estilo de Peregrín es fácilmente reconocible: colores muy vivos, grandes contrastes y juegos visuales que le han llevado a trabajar con personalidades como Paz Vega o Tania Llasera en publicaciones como la revista DT o Neo2.

Lo ilógico llega cuando se sube a la segunda planta del edificio. Una gran puerta cerrada da paso a la segunda sala que compone esta muestra que ha titulado  ‘Artificio’. Oscuridad, sonido, una pantalla que proyecta su vídeo, ‘Efímera’, premiado en varios festivales y una sensación de escalofrío al contemplar los retratos retroiluminados que parecieran salirse de la pared.

Partiendo previamente de un concepto, Paco Peregrín controla con meticuloso rigor todos los detalles de la producción de las obras. Tanto las complejas escenografías como las figuras con fondos uniformes esconden la influencia del barroco y de su iconografía. Su personal estilo, tan icónico y plástico, se caracteriza por la cuidada puesta en escena, el estimulante empleo del color y el exceso, así como por el uso recurrente que hace de determinados símbolos. 

En ocasiones los protagonistas de sus imágenes apenas se reconocen, quedando cubiertos y ocultos a la realidad, de modo que su identidad queda también camuflada bajo máscaras artificiosas. Crea así una ambigüedad entre la imagen que percibimos y la que encubre, consiguiendo desvirtuar a su antojo los rasgos y formas de los inquietantes personajes, que huyen de los cánones estéticos establecidos por la sociedad contemporánea, basados en la juventud y la efímera belleza. La obra de Paco Peregrín está influida por múltiples aspectos como la pintura, el cine, el teatro o la música, por lo que sus fotos a veces se tiñen de un carácter exótico o retro-futurista.

Uno de los aspectos más interesantes de la obra de este artista es cómo conjuga lo pragmático de la fotografía comercial con la transmisión de mensaje y un estilo personal: “Una de las cosas que más me divierte es jugar con el espectador. No trato de plasmar la realidad, sino de recrearla. Me muevo en esa línea delgada entre lo publicitario de lo artístico, lo conceptual y personal. La moda es una excusa para hacer un trabajo artístico, aunque tenga una carga comercial”, explica.