Cuatro aventureros, un furgón AVIA de 1965, y 5.000 kilómetros de viaje

Cuatro aventureros, un furgón AVIA de 1965, y 5.000 kilómetros de viaje

Guillermo Fuertes
23:08 • 15 ago. 2011
“El primer día vamos a dormir ya en la frontera con Francia”, dice José Juan Soria. Francisco Cortés mueve la cabeza: “Hombre, eso lo veo yo un poco... demasiado, ¿no?”, “No, hombre, ya verás cuando salgamos a la carretera cómo se porta esto. Y además, vamos cuatro conductores”.

Junto a ellos, José Juan Martínez y José Moreno Martín observan sonrientes, mientras ponen las banderas de España y la Unión Europea en dos pequeñas astas a los costados del vehículo. Los cuatro amigos se han venido al puerto pesquero de Almería buscando un entorno bonito para hacerse una fotografía, y de paso comentan los detalles de la aventura que están a punto de emprender: nada menos que el viaje hasta Beulieu, Gran Bretaña, en esta furgoneta AVIA del año 1965.

Industria nacional

Los cuatro son miembros del Club de Coches Antiguos de Almería, y el coche, en sí, es toda una maravilla, una joya de la mecánica restaurada hasta en sus más pequeños detalles, incluso el color.

“Lo importante para nosotros, además de disfrutar del viaje, es reivindicar el espíritu de nuestro club”, dice José Juan Soria, organizador y verdadera alma de los encuentros que su asociación realiza en la provincia cada año. “Y en este caso más, pues aquí reivindicamos también la industria española, que tan buenos ejemplares ha hecho”.

Esta furgoneta, de hecho, fue uno de los primeros vehículos que la AVIA realizó tras su reconversión, allá por los finales de los años 50 del pasado siglo, de la industria aeronáutiva a la automotriz. “Incluso, tiene aplicado en su estructura aleaciones de las utilizadas en la aviación, y también se ve este origen en el propio diseño, en la robustez, la estructura”, continúa Soria. “Incluso los remaches son los que se usan en los aviones”.

Este ejemplar lo encontró en Tahal. Estaba deteriorado, pero Soria tiene un ojo bien entrenado para captar la esencia de estas joyas de la mecánica, y lo compró. “La chapa, los bajos, el motor... Había que hacerle de todo”, recuerda. “Lo restauré con Paco Cortés, que sabe mucho de mecánica, pero yo mismo me puse el mono y le hice muchas cosas”. Para la carrocería se fue a AT Automoción, el taller de Pepe Valenzuela, en Huércal de Almería.

Un plan de viaje

Llegado el día, a mediados de septiembre, saldrán temprano con un plan de viaje ambicioso, sobre todo en un coche que puede rodar con una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora.

El primer día, por autovía hasta Sagunto, Zaragoza, luego Pamplona y llegar la frontera en Irún. Al día siguiente, ya en Francia: Burdeos, Cherburgo, de ahí en un ferry a través del Canal de la Mancha, llegar a Pool, y de allí a Beaulieu, donde ya han reservado un stand como club, representando a Almería en una de las ferias de vehículos antiguos más importantes de Europa.

Allí estará tres días, “mirando, comprando cosillas, disfrutando”, dicen. Luego, a la vuelta, el mismo viaje a la inversa. 5.000 kilómetros en total, aproximadamente. Toda una aventura, y todo con las banderas de España y la Unión Europea en el morro del coche. “Lo impiortante es el viaje”, dicen. “Y lo bien que nos lo vamos a pasar?”.






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