Cualquier amante de la música independiente española se derretiría si le propusieran ir a los conciertos de Los Punsetes, Ángel Stanich y Cooper, gratis, en un pueblo costero, donde las tapas son buenas y baratas. Sueño hecho realidad, y es que el Pulpop Festival, que se celebró en Roquetas de Mar durante el viernes y el sábado, lleva 13 años invitando a artistas de primera, además de dar la oportunidad a jóvenes bandas de subirse a las tablas.
La primera jornada del festival ya prometía, porque cerraban la noche Los Punsetes. Muchas barbas, pelo multicolor, camisetas garajeras amigos pintas de los que no gustan a las abuelas. Así era la fauna que llenaba la Plaza de Toros de Roquetas para ver a sus bandas favoritas y a descubrir nuevos sonidos.
Los primeros en tocar el viernes fueron los madrileños No Crafts. A continuación, la formación murciana Increíbles Ful, y, tras ellos, los ganadores de la tercera edición del Concurso de Bandas del Pulpop Festival 2018, Pájara Rey. El penúltimo concierto lo ofreció Apartamentos Acapulco.
Segunda jornada
El sábado a mediodía caía un sol de justicia, pero Norek y The Yellow Melodies, aguantaron el tirón, como buenos artistas, mientras el público se divertía, y degustaba una rica paella que preparó el Chiringuito “La Cabaña”.
Y por la noche más. Abría la velada JJ Sprondel, y, a continuación, Loudly, seguidos por un torbellino de pelo alborotado: Ángel Stanich, quien junto a su grupo dejó el escenario prendido a Cooper… ¿Cooper?, sí, Cooper, de verdad estuvieron allí y también The Primitives, aquel grupo británico que en 1988 reventó las pistas de baile con Crash.
Cerró el festival la banda murciana Perro, que van de enchufados porque tienen privilegios con la corona británica, tal y como aseguran en una de sus canciones, ‘Mi abuela es la reina de Inglaterra’. Por cierto, hubo fiesta después y el DJ JotaPop pinchó en Zaway.
El todopoderoso
Stanich, no concede entrevistas, lo dice cantando, y lo cantaba el público “mátame camión, mátame camión”. Un directo salvaje. El cantante es todo un nervio por el escenario, un derroche de energía e hizo que la gente se divirtiera y acabara de albero hasta el pelo. Como colofón, el vocalista, eufórico, se tiró al público que lo elevaba como a un auténtico ídolo.
El turno de Cooper, ese proyecto musical que hace 18 años formó el ex miembro de la banda mod Los Flechazos, Alex Díez Garín, se abría paso y de qué manera, para ofrecer una actuación milimétrica. Antes de subirse al escenario, Cooper habló de la estrecha relación que tiene con Roquetas, ya que hizo amistad cuando “era un crío” con uno de los impulsores del Pulpop y, desde entonces, cada vez que lo han llamado, hasta en tres ocasiones, ha venido al festival indie almeriense.
“Más allá de los clichés o de a dónde te va a llevar un estilo musical, para mí, las referencias son instrumentales porque las utilizo para desarrollar lo que quiero. Tengo una personalidad propia, tengo temas que me interesan propios y una manera de hacer música influida por los grandes maestros del pop de los 60, de los 80 y de todas las épocas, pero utilizo lo que quiero para sacar a delante mi propia historia”.
Cooper estaba “expectante”, preocupado por los fans que lo esperaban en la plaza. “Vamos a ver cómo se desarrolla el concierto y si conseguimos que la gente se eleve”. Ni que decir tiene que lo consiguieron. El recinto estaba lleno y, aunque muchos no los conocieran, porque la música indie tiene un público muy concreto, se quedaron a escuchar el concierto.
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