Es uno de los talentos de la fotografía española actual. Paco Peregrín (Almería, 1976), compagina proyectos artísticos con su trabajo como director de arte y fotografía para revistas como ‘Vogue’. Su trabajo aparece recogido en numerosos libros.
Es su primera exposición retrospectiva, además en tu tierra natal. ¿Cómo ha resultado la experiencia?
Ha sido maravilloso que, después de haber expuesto en ciudades como Nueva York, Berlín, París o Pequín, el del Centro Andaluz de la Fotografía me haya brindado la posibilidad de mostrar mi trabajo en mi tierra, para que familiares y almerienses puedan verlo en persona. El CAF me ha permitido tanto mostrar una selección de mis trabajos editoriales, a modo de retrospectiva, como crear un proyecto inédito en la planta superior. Me han dado la oportunidad de ocupar todo el espacio expositivo y de incluir una foto/vídeo instalación, cosa que hasta ahora no se había hecho en el Centro. He trabajado con muchísima libertad, por lo que no tengo más que palabras de agradecimiento por esta oportunidad.
Estuvo como alumno en los talleres hace veinte años… ¿Qué significaron para ti?
Gracias a dichos cursos tuve la posibilidad de conocer a otras personas con mis mismos intereses e inquietudes y a grandes profesionales de la fotografía sin salir de Andalucía. Pude experimentar, aprender y conocer distintas maneras de entender la fotografía, enriquecer mi perspectiva y supuso de alguna manera una ayuda para encontrar mi propio camino.
Se especializó en moda y ha sabido crear un estilo propio desde España, que no es uno de los centros principales de la moda internacional. ¿Es difícil vivir en España de este tipo de fotografía?
Quizás el no vivir en París, Milán, Londres o Nueva York me ha permitido trabajar con más independencia. Pero es cierto que es muy difícil vivir de la fotografía de moda en España, y más cuando muchos clientes y revistas se escudaron en la crisis para bajar las tarifas radicalmente o directamente dejar de pagar. Además, todavía hay mucho intrusismo y amiguismo en este sector y apenas se respetan los derechos de los fotógrafos y artistas, los derechos de autor en general. Tampoco favorece la ley de autónomos que tenemos en España, que asfixia al creador que pretende emprender un proyecto profesional, la carencia de ayudas y poco apoyo a la cultura y la industria editorial. Deberíamos aprender de otros países donde entienden que la educación y la cultura generan felicidad, puestos de trabajo, turismo y muchos otros aspectos positivos para la comunidad y el país.
¿Cuáles han sido sus principales retos en esta profesión?
Poder vivir de mi trabajo ya es todo un reto. Me considero un privilegiado por esto. Sin duda mantenerse en cualquier profesión artística es muy complejo, resistir a los cambios de directivos y creativos de revistas, agencias de publicidad y clientes, sobrevivir a las distintas modas estéticas (que en muchos momentos van en nuestra contra) son otras de las dificultades de este trabajo. En cualquier caso mi estrategia para todos estos obstáculos siempre ha sido ser muy perseverante y exigente con mi trabajo.
La revista Neo2 ha sido muy importante en su trayectoria y, desde ella, ha definido en buena parte su imagen hasta el momento… ¿Qué papel cree que juegan este tipo de revistas de tendencias aquí?
Fundamental. Yo siempre digo que publicar en una revista como Neo2 ha acercado mucho más a la gente mi trabajo que cualquier galería o museo. Es muy importante la visibilidad que las revistas nos la proporcionan. En una era global, es muy importante que revistas nacionales estén acercándonos las tendencias internacionales en los campos del diseño, el arte, la moda y la fotografía a través de sus páginas. Para mi Neo2 es una revista muy especial ya que, además de ser una revista innovadora y pionera en su ámbito y escaparate a nuevos talentos, fue de los primeros medios que apostó por mi, haciéndose eco de mi obra y encargándome mi primeros trabajos editoriales y publicitarios.
Video y fotografía se funden en su exposición, pero al mismo tiempo la pintura está presente en tu concepto de trabajo. ¿Estamos ante una fusión de los géneros?
Probablemente de alguna manera sí. Mi formación ha sido fundamentalmente pictórica, me licencié en Bellas Artes en Sevilla con la intención inicial de ser pintor, con lo que es normal que mi obra tenga tantas referencias de la pintara flamenca y barroca, entre otras. Por otra parte pasé muchos años experimentando con otras materias más actuales como el diseño gráfico, el teatro, la performance, la escenografía y el vídeo… por lo que imagino que cada una de estas disciplinas habrá dejado un poso en mi obra. Realmente me considero más creador de imágenes que fotógrafo, quizás sea por evitar una etiqueta muy delimitada.
Ha impartido un taller recientemente en el CAF, y hace años ya había impartido en otros. ¿Qué nivel encuentra en los alumnos y qué cree que demandan ellos?
Tanto el nivel y la experiencia de cada alumno ha sido muy particular, lo que ha enriquecido el taller. La experiencia de este curso ha sido estupenda, como la gente que ha participado en él. Cuando imparto un curso pretendo compartir, de la manera más transparente posible, mi experiencia vital y profesional con los alumnos, mis aciertos y tropiezos. Yo creo que es eso lo que los alumnos buscan, que les hable con franqueza de todos los aspectos prácticos del mundo fotográfico en el que me muevo.
Cuéntenos sus proyectos futuros.
Estamos valorando la posibilidad de poder itinerar mi exposición ‘Artifico’ por otros centros y museos para poder llegar a más gente y compartir esta exposición que con tanto esfuerzo, dedicación y cariño he preparado para el CAF. También estoy reformando un estudio en Madrid desde el que podré abordar nuevos retos profesionales. Ya tengo en mente la producción de un nuevo proyecto expositivo y estoy empezando a darle forma. Y como siempre, estoy trabajando en nuevos proyectos editoriales y publicitarios que en breve podréis ver en mis página Web y redes sociales.
¿Cómo ve al CAF?
Veo que se está activando mucho con importantes iniciativas. Me parece muy acertado que se haya retomado recientemente la oferta gratuita de formación, que se apueste por la producción de nuevos proyectos expositivos y que se haga hincapié en promocionar a los fotógrafos andaluces para ayudar a posicionar el talento de nuestra tierra en el panorama artístico. Por otro lado pienso que un centro tan significativo como el CAF debería recibir más apoyo y disponer de más recursos para optimizar el esfuerzo que desde dentro se está haciendo por dinamizar la cultura fotográfica andaluza.
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