Tiene una de las voces más personales del flamenco actual y mañana domingo 22 de julio da a conocer en Almería un proyecto en el que se ha vaciado por dentro, en el que se ha dejado la piel. Miguel Poveda -Premio Nacional de Música en 2007- regresa a una tierra que siente como suya con la promesa de presentar un recital que convertirá al ‘lorquianismo’ al más descreído.
Ha buceado en la obra de Lorca hasta enloquecer, o como usted dice, ‘enlorquecer’. ¿Cómo ha sido ese proceso de selección de los poemas?
Lo que en principio parecía una montaña imposible de escalar, hacer un repertorio basado en textos de Federico, al final se ha convertido en un viaje de muchas emociones, de querer saber más y más.
Yo siempre he amado la figura de Lorca, pero no me había adentrado tanto como esta vez. Y bueno, ha sido un paseo por toda su obra y por su vida. Tenía que impregnarme a tope para hacer este disco desde el amor más profundo y desde el compromiso con el poeta.
Para dar forma a este ‘Enlorquecido’, viajó a los espacios que fueron vitales en la trayectoria de Federico. ¿Cómo recuerda ese viaje? ¿Qué sintió al estar donde estuvo él?
Yo había estado ya muchas veces en la Huerta de San Vicente, alguna vez en Alfacar, en Víznar y en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde viví cosas muy bellas con Pepín Bello, íntimo amigo suyo, y en el último concierto de Chavela Vargas, que se hizo un repertorio de Federico también.
Pero esta vez ya fui de otra manera, mucho más a conciencia, y estando inmerso en su obra. Era como una llamada vital para sentirlo más cerca, humanizarlo, entender su obra y su vida. Han sido unas sensaciones súper fuertes y bonitas.
¿Ha descubierto a un Lorca nuevo?
Me he reafirmado en la idea de que Federico no era un poeta al uso, sino que era un ser de luz. Era un ser que generaba amor por donde pasaba, que amaba al desprotegido: al gitano, al negro, al campesino. Un hombre arraigado a la naturaleza y a las personas, los amigos y los compañeros.
Todo lo que es su aspecto personal a mí me ha alucinado porque tantos años después aún emociona leerlo. Incluso de su propia palabra, porque me he leído sus entrevistas gracias al libro de Víctor Fernández que permite saber cómo pensaba y sentía la cultura, el teatro. Era más que un poeta, un ser humano que para mí se ha convertido en un mesías cuya filosofía hay que seguir.
Lo ha puesto todo en este proyecto, incluso ha compuesto parte de la música. ¿Es su trabajo más personal hasta la fecha?
Sin duda. Es la primera vez que es mío todo: la portada, el libreto, la música, la producción. Todo con la ayuda de grandes músicos, pero esta vez ha estado yo capitaneando todo el proceso.
Era un reto, como estar en una montaña, pero al final he podido llegar a la cima tras un trayecto de emociones.
No es su primera aproximación a la poesía -ahí están sus trabajo ‘Poemas del exilio de Rafael Alberti’ y ‘Sonetos y poemas para la libertad’-, ni tampoco la primera vez que un cantaor se acerca a la obra inabarcable de Federico García Lorca, ahí está el caso de Morente con su ‘Omega’. ¿Qué une tanto al flamenco y a la poesía?
El flamenco lleva implícita la poesía popular, la belleza de lo sencillo, y la música flamenca puede abarcar todo lo que está relacionado con los poetas de la Generación del 27 o con los poetas latinoamericanos. Unir sus palabras a una música que tiene tanta emoción es como una explosión de sentimientos en todos los sentidos.
En el disco confluyen además gran variedad de estilos.
Hay diferentes sonidos, porque las etapas de Federico que están ahí reflejadas son distintas: están desde los poemas de juventud que respiran ese clima de la vega de Granada hasta ese poeta que desembarca en Nueva York y cambia el estilo, el amante de lo popular con las canciones de los peregrinos y luego hay sonidos más de rock sinfónico. Es una mezcla de sonidos, como era el propio Federico.
Este domingo viene a la edición 52 del Festival Flamenco de Almería y, aparte de ‘Enlorquecido’, habrá tiempo para temas más tradicionales.
Claro, habrá como dos partes. La primera parte será un viaje por el universo de Federico y la segunda, un recital de cante tradicional donde abarco varios palos del flamenco y hay margen para la improvisación. En concreto, en esa segunda parte voy haciendo palos tradicionales del flamenco: de pastora, la guajira, por seguiriyas, por bulerías. Pero hay un momento en el que no se sabe lo que va a pasar.
Y luego está el hecho de actuar en una plaza de toros, un lugar que también tiene su carga simbólica en el universo poético de Federico García Lorca.
Sí, él escribió ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’ y le gustaba mucho lo taurino. La Plaza de Toros de Almería es un espacio grande, a mí me da mucho susto, aunque siempre he ido a sitios grandes en Almería y espero que sea para que pueda venir mucha gente.
En 2012 recibió la Medalla de Andalucía y, en la actualidad, vive en Málaga. ¿Cuál es su vínculo con Almería, donde también vivió Federico García Lorca siendo niño?
Lo sé. Vivo por la provincia de Málaga y estoy encantado, tengo el mar cerca de nuevo. Y en Almería tengo muchísimos amigos.
Luego tuve la suerte de que, a través de la Diputación Provincial de Almería, hice una pequeña gira de recitales con Tomatito por lugares pequeñitos como peñas y no he comido mejor en mi vida. He veraneado por allí, actúo mucho en Roquetas y los cantes del levante me gustan mucho, Almería tiene los del taranto. De eso no faltará el domingo. Estoy feliz de volver, hay lugares que cuando te llaman, vas con nervios, pero tienes la certeza de que hay gente que es un poco tuya, es tu público y te responde siempre de maravilla.
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