Si las playas de Almería parecen estar de moda cada verano, esta provincia tiene unos pueblos escondidos que no desmerecen la zona de costa, como son los del Valle del Andarax, en la comarca de la Alpujarra almeriense. Si el jueves 9 de agosto en Fondón se podía disfrutar del mano a mano entre las voces gitanas del joven Pedro el Granaíno – toda una sorpresa y revelación para el público presente- y del veterano jerezano José Mercé con el toque añejo del Tomate, el sábado 11 de agosto los duendes se juntaron en otro pueblo cercano, Ohanes.
Patrimonio etnográfico
Este sábado pasado organizaba su cita anual llamada ‘Una noche de cultura y tradición’, momento puntual en el que los vecinos ponen en valor el patrimonio etnográfico con varias exposiciones, y abren las puertas de sus casas centenarias más bellas para que los empedernidos curiosos podamos visitarlas.
Después de escuchar la conferencia de María del Carmen Valverde Gallegos ‘El ferrocarril, relato de una ilusión’, una documentada y amena presentación del proyecto frustrado, como tantos otros en esta provincia, del paso del tren por el valle del Andarax en la concepción de la línea Almería-Linares, invitado por Fran Martínez Barragán, un enamorado de las tradiciones musicales de la comarca del Andarax medio, pude disfrutar de su interesante exposición de instrumentos ‘Raíces flamencas, herencia de nuestros abuelos’.
Además de ver la construcción artesanal de guitarras, bandurrias y laudes de Daniel Fuentes Milán, ‘El Tío Daniel’, un barrilero de Ohanes que se dedicó por afición y vocación autodidacta a la construcción de instrumentos de cuerdas y púas para las rondallas de la zona, algunas fotos de “flamencos” de la zona compartiendo su chato de vino, encontré en la muestra lo más curioso, una traducción española del método de guitarra del francés Guillaume Pierre Antoine Gatayes (París, 1774-1846), publicada en París en 1810, segunda edición aumentada de una anterior de 1800.
Este método tiene sus migas. Es uno de los primeros métodos de guitarra de seis cuerdas simples publicado en Francia (casi todos los del XVIII son de guitarra barroca de cinco cuerdas dobles u órdenes) y anuncia ya la modernidad, el abandono de las cuerdas dobles, con la aportación definitiva del instrumento de seis cuerdas sencillas, obra de Antonio de Torres, estimulado por el joven Julián Arcas. Entre otros datos que completa la edición de 1810 con respecto a la de 1800, una descripción y dibujo de la cejilla mecánica.
Ello confirma una vez más que este aparato que forma parte imprescindible de la guitarra flamenca para acompañar el cante y poder subir o bajar el toque según la tesitura de la voz que se acompaña, no fue invento del Maestro Patiño, guitarrista gaditano de origen gallego considerado como uno de los primeros tocaores, o sea acompañante de la voz flamenca, como tradicionalmente se ha venido diciendo y escribiendo entre los aficionados. Hay muchos más detalles en este método que ya anuncian la renovación de la tradición guitarrística que los románticos llevarán a cabo pocos años después.
Celebridad
Su autor, Gatayes, hijo natural del príncipe de Conti y de la actriz de la Comedia Italiana Anna-Marina Veronese, compositor y profesor de harpa, canto y guitarra, es célebre entre otras anécdotas por su pasión por la guitarra que le llevó a escaparse en su juventud del seminario donde le predestinaba la familia, y ser vecino de piso del revolucionario Marat, que gustaba oír los romances que componía y cantaba acompañado con su guitarra. Que una traducción española de un método de guitarra francés publicado en pleno periodo napoleónico aparezca junto con las artesanales guitarras de un entrañable barrilero en el espacio uno de los pueblos más recónditos de la provincia de Almería es realmente una sorpresa sobre la movilidad y recepción de los objetos en el tiempo. Duendes de la Alpujarra.
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