Terque vuelve al pasado de la mano de sus antiguos oficios

"Ha venido más gente que nunca, había más de 4.000 personas y más participación de artesanos que nunca", cuenta a LA VOZ el director de los Museos de Terque, Alejandro Buendía. Sin embargo, el éxito de la decimosexta edición de la Jornada de Recuperación de Oficios Antiguos terminó pasado por agua: los efectos colaterales del huracán Leslie se hicieron notar en la localidad en forma de tormenta a mediodía, lo cual "ha echado a la gente", narra el propio Buendía.

Hasta esa hora (y una vez pasada la tormenta), los visitantes pudieron disfrutar de demostraciones de una larga lista de oficios artesanales propios de una época en la que la agricultura parralera lo era todo en la zona. Así, la elaboración de barriles para la uva de embarque o los propios trabajos de limpieza y envasado de la fruta fueron el pilar fundamental de la jornada.

No obstante, no solo de la uva vive el viaje al pasado que tuvo lugar ayer en Terque. De hecho, fueron más de 50 los oficios que se vieron representados en las calles del municipio almeriense: el pregonero, el afilador, el alfarero, la matanza, la cestería de cañas y esparto,  el grabador,  el lavadero... Todo, gracias al trabajo de artesanos llegados de distintos puntos de la provincia, de Vélez Rubio a Pechina, pasando por Huércal Overa y la propia capital.

Ropa y música

"Este año, la novedad ha sido la del taller de indumentario, por lo que muchos iban de estreno durante la jornada, con sus trajes confeccionados inspirándose en la ropa de comienzos del siglo pasado", explicaba Buendía, quien recuerda que, a pesar de la lluvia, “los museos no han dejado de funcionar en todo el día”. Todo ello, amenizado por los sones y bailes de  la Cuadrilla  del Maestro Gálvez de Sorbas, que recorrió las calles del pueblo.

La actividad, organizada por el Ayuntamiento de Terque,y la Asociación Amigos de los Museos de Terque ha contado este año con la colaboración del Área de Cultura de la Diputación de Almería.

El característico sonido del afilador, el tacto de la madera de los barriles o el olor del esparto trabajado a mano inundaron ayer las calles de Terque a pesar de que fue el agua quien quiso ser protagonista. Una vez acabada esta jornada de oficios antiguos, Terque piensa ya en la de 2019, si  ningún huracán lo impide.