A veces el poema es un espejo / y su fondo delata. // Allí contemplo ahora / la imagen invertida de mis manos, / su arbórea arquitectura / de venas, de cartílagos, de uñas. / Las manchas diminutas donde traza / su oscuridad fugaz lo ya vivido.
CONDUJO toda la tarde. Como un certero bisturí se adentró en el cuerpo de la noche por carreteras nunca antes transitadas. No preparó equipaje, no se despidió de nadie. Con el pie hundido en el acelerador, pensó en Elliott Smith, comenzó a cantar I’ll fake it through the day / with some help from Johnny Walker Red. Elliott Smith pilotó su vida a toda velocidad. Condujo toda la tarde. Su corazón palpitaba ladrillos. Las pupilas dilatadas de la noche fundiendo la realidad de la fractura. Los faros apagados. Otra vez Elliott Smith en su cabeza cantando Miss Misery en la ceremonia de los Oscars. Elliot Smith vestía de blanco, el horizonte vestía de blanco. Nunca tan cerca del horizonte. Necesitaba huir de la fiera, avanzar hacia la fiera para comprender.
--
HOY nos acompañará en las Dulces Tardes Poéticas la autora granadina que tomó la Carretera 50 y quizás escuchó a Dylan al acecho de la fiera, la que se estremece ante la perspectiva, quizá una mujer [que] corre bajo la lluvia: Trinidad Gan. Trinidad, poeta Santa Paula #31, firma la plaquette que hoy recuerda de nuevo a José Ángel Valente a través del pastelillo que da nombre al librito, aquel pastelillo de luz que el poeta gallego degustaba en el antiguo establecimiento de La Dulce Alianza.
Nota biográfica
TRINIDAD GAN (Granada, 1960). Escritora y poeta, sus primeros textos aparecen en los libros ‘Antología’ (Colección Genil-21, 1996) y ‘Nuevas voces de la literatura en Granada’ editado por la Junta y la Fundación Caja de Granada (Los papeles de la Cuadra número 1, 1998).
En el año 2009 consiguió accésit en los Premios del Tren con el poema ‘El fugitivo’ y en 2014 es invitada al Festival Internacional de Poesía de Costa Rica.
Su último libro de poemas, ‘El tiempo es un león de montaña’, recibe en 2017 el XX Premio de poesía Generación del 27 que ha sido publicado por Editorial Visor.
Sus otros poemarios son: ‘Las señas del pirata’, poemario-plaquette editado por Cuadernos del Vigía en 1999.’Fin de Fuga’, XX Premio de Poesía Ciudad de Cáceres, editado por Visor en 2008. ‘Caja de fotos’, XII Premio Surcos de poesía, editado por Renacimiento en 2009. ‘Receta para el fuego (Antología poética)’ en Casa de la Poesía, Costa Rica. ‘Papel ceniza’ publicado por Valparaíso Ediciones en 2014.
“LA PALABRA debe ser como una pupila que se dilate al roce con la realidad”. Esta frase de Trinidad Gan, que podríamos convertir en un extraordinario aforismo eliminando la probabilidad que exhibe el verbo, en sí supone una poética muy aproximada de la obra de nuestra autora. La palabra no puede vivir de espaldas a la realidad, a las cosas que pasan cada día, a la importancia del otro. Y como frontera del interior, la pupila o la palabra, debe reconocerse en la búsqueda, casi siempre infructuosa, de una imagen que ilumine la silueta del yo, un viaje de preguntas cuya respuesta es un arcano interrogante: ¿y quién eres tú?
Trinidad Gan es una mujer que descifra su afinidad a la escritura como una forma de ejercer su albedrío y como un antídoto contra el mal contemporáneo de la soledad. Pero antes, Trinidad, es una mujer lectora. Una mujer asidua desde su etapa en el instituto a los poetas del 27 (Lorca, Cernuda, Emilio Prados), pero también a las poetas (María Teresa León, Concha Méndez, María Zambrano) de las aprende hoy, además, a mantener una conciencia femenina activa. Su padre, también gran lector, forjó los pilares imaginativos de la niña Trinidad con el hormigón de una gran biblioteca y con el hierro innegociable de la emoción y el culto al libro “él hizo que yo amara leer, que los libros se volvieran indeleblemente para mí un paisaje propio y personal, un territorio amado donde ser un yo-otro, donde rebosar mis límites y mediante la imaginación vivir otras vidas”, nos cuenta Gan.
Desde su primer poemario, ‘Las señas del pirata’, hasta este último libro que aprovechamos para presentar hoy, ‘El tiempo es un león de montaña’, han transitado la palabra, cada una con sus distintas caracterizaciones, multitud de ‘Trinidad Gan’: las máscaras del yo del primer poemario, el monólogo desnudo de una mujer a la deriva en ‘Fin de fuga’, la misma mujer que fracciona sus recuerdos en ‘Caja de fotos’ y la Trinidad de sus dos últimos poemarios que se intenta reconocer en esa extraña Trinidad que la habita. Pero ¿quién es el personaje poético y quién la poeta que subyace en esa ficción de la palabra? ese es el juego que propone la obra de nuestra autora, un enigma al que nos acercan los versos de Trinidad Gan.
Aunque se considera una poeta ecléctica y desposeída de referencias poéticas omniscentes, sí que han acompañado su compromiso con el verso algunos autores que considera imprescindibles “si he de decir a qué poesía me siento próxima tengo que nombrar sin duda la palabra viva de Javier Egea o la poesía de Luis García Montero, Joan Margarit, Chantal Maillard, Eduardo García y Ángeles Mora, así como algunos poetas hispanoamericanos que han sido claves en mi inspiración: Eduardo Chirinos, Rosario Castellanos y Piedad Bonnett”, confiesa Trinidad.
Es nuestra invitada, en definitiva, una poeta que sabe de la importancia de las palabras. Desnuda Trinidad el lenguaje para encontrar la esencia clara y concisa del verso, la verdad de la poesía despojada de las vestiduras engañosas del desahogo y lo evidente: “A veces el poema es un espejo / y su fondo delata”.
--
… Me estremezco al pensar si muchas veces / mis propias, inconscientes, viejas manos / aunque no hayan movido la palanca / han apretado el nudo.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/5/vivir/161905/trinidad-gan-perspectiva