En esta segunda entrega volvemos de nuevo a Francia y a la 4ª División de Guerrilleros Españoles. Nuestro protagonista es Augusto de Andrés Vives, ‘el Chato’. Este almeriense, nacido el 10 de enero de 1910, hijo de Alejando y Carmen, carnicero, fue otro héroe en la Liberación de Francia. Compañero de César Castillo, “Tino”, participó también en la toma de Prades y en el enfrentamiento con la Gestapo y las tropas de Villa Marguerite. Sus destinos se separan cuando la contraofensiva de las tropas de Vichy y el refuerzo alemán obligan a la 4ª División a replegarse hasta la frontera con España.
‘El Chato’ había llegado a la Resistencia tras pasar la frontera, como miles de republicanos, en febrero de 1939. Encerrado en el campo de concentración de Agde, allí permanecerá encerrado seis meses, hasta que es trasladado hasta otro campo, el de Septfonds. En septiembre es enrolado en la 60 Compañía de Trabajadores Extranjeros, encargada del mantenimiento y limpieza de una pista aérea cerca de Toulouse.
Al igual que a César Castillo, la invasión nazi le sorprende y es capturado por las tropas alemanas. Devuelto al campo de Septfonds consigue salir 8 meses después, a finales de 1940, hacia un batallón del Grupo de Trabajadores Extranjeros, en concreto el 145 de Ariège, en la que trabajará en un sistema de semiesclavitud en la construcción de la presa de Rouze.
Las presas, al estar en un entorno de bosques y en la montaña se convierten en un lugar idóneo para montar grupos de resistencia. Allí, en la presa de Rouzes, participa en numerosos actos de sabotaje contra las empresas y contra la propia presa: la noche del 14 de septiembre de 1942, en compañía de otros miembros del maquis español, asaltan el polvorín de la presa, custodiado por alemanes.
Caminos separados
Se producen siete muertes, cinco de ellas soldados alemanes y dos españoles. Augusto de Andrés logra escapar y finalmente, tres semanas después, llega a Prades, núcleo de la 4ª División de Guerrilleros Españoles. Allí conoció a nuestro anterior protagonista, ‘Tino’, y ambos participaron en enfrentamiento de Ville Marguerite. Como señalaba, sus caminos se separan: Tino marcha hacia la frontera con España y Chato hacia Perpignan.
Y aquí es cuando comienza una historia épica, de supervivencia, lucha y resistencia. El 2 de agosto de 1944 la Compañía se separa en Prades y el grupo de Augusto se dirige hacia Perpignan huyendo de la contraofensiva nazi-francesa y en busca de refuerzos de la 1ª Brigada, que es la que nutre de republicanos a la 4ª División.
El camino de vuelta es un infierno: serán atacados por diversas unidades de la SS en Rodès, a 12 km. de Prades. La Compañía pierde a más de veinte miembros, que son abatidos o apresados. A Chato le hieren en la mano y en el hombro a causa de una bala y metralla.
Junto a Tapia, González Ibáñez y Vergés, logra esconderse en una especie de establo o granero que se encuentra a la salida del pueblo. Consiguen burlar a los soldados de la SS tras permanecer dos días escondidos y establecer contacto en un piso de la clandestinidad en Castelnou.
Allí se recuperará durante dos semanas antes de emprender la marcha hacia Perpignan y se enteraría de que ‘Chispita’, uno de los guerrilleros más destacados, es apresado por la Gestapo tras parapetarse, según cuenta Eduardo Pons, en un risco y matar a más de 10 soldados alemanes. Finalmente fue fusilado en Prats-de-Moló.
Chato y sus compañeros marcharon hacia el encuentro del resto de la 4ª División, que había perdido a cerca de la mitad de sus componentes. Se desvían hasta Riversaltes. En esta localidad cercana planean las operaciones que deben atacar un convoy de munición y tropas alemanas que se dirigen hacia Perpignan desde La Bastide.
Combate
Será de nuevo en Reynès donde nuestros dos almerienses en la 4ª División se reencuentren. La 1ª Brigada, en la que se encuentra Chato, se encuentra a las afueras de Reynès y están apostados en dos pisos que vigilan la entrada del pueblo.
La noche del 19 al 20 de agosto de 1944 se producen los primeros enfrentamientos cuando el convoy alemán es atacado por una de las brigadas de la División. En esta operación participó Tino.
Chato, junto al resto de la 1ª Brigada avanza sobre el río Tec y bloquea la entrada del puente. Los enfrentamientos entre los soldados nazis, parapetados en el tren, y los milicianos del maquis y la Resistencia son infernales.
Durante la mañana del 20 de agosto los guerrilleros españoles y franceses logran tomar el puente tras el convoy alemán, de unos doce camiones y dos tanques: la contienda se salda con la muerte de 30 soldados alemanes, 46 prisioneros y la captura de munición de bombas.
Los soldados alemanes fueron encarcelados en la prisión comunal de Reynès y la 4ª División, bastante diezmada ya, se dirige hacia sus posiciones de Perpignan. En Le Boulu serían sorprendidos por la gendarmerie y, de nuevo, se producen enfrentamientos. Tanto Chato como Tino logran sobrevivir, pero algunos de sus compañeros son abatidos.
Finalmente, logran deshacerse de la policía francesa y se esconden en los alrededores de Perpignan, donde a los pocos días se unen junto a otras divisiones de guerrilleros y lograron liberar Perpignan junto a los camaradas del maquis francés.
Augusto de Andrés, ‘El Chato’, siguió en el servicio de la lucha contra el fascismo enrolándose a finales de 1944 en el ejército liberador francés de Charles de Gaulle y llegó a combatir en suelo alemán. Se casó con una francesa y se marchó a vivir en Montauriol. Al igual que Tino, solicitó la ayuda al subsidio al combatiente por la Liberación de Francia y le fue concedida en 1958. Hasta aquí llega la historia de nuestro protagonista de la 4ª División de Guerrilleros Españoles.
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