El miércoles pasado volví a pisar el polivalente teatro Apolo. Si están dispuestos a reírse esta es la noche perfecta para hacerlo. Así nos presentaban la obra, congratulándonos del lleno que lucía el aforo.
Argumento
Se sube el telón con la música de: Estar enamorado es, cantada por Raphael. Tres parejas bailan en lo que parece una cena de gala. Celebran su vigésimo aniversario de bodas. Todos se casaron el mismo día y todos siguen celebrando su conmemoración conjunta en un despliegue de lo que parece un dechado de felicidad y virtudes. La velada discurre placenteramente hasta que un acontecimiento inesperado hace tambalear los cimientos de tal perfección. El amigo de los tres varones y solterón empedernido, Gustavo Ferrán, quien celebra con ellos todos sus aniversarios familiares, no ha llegado a tiempo para esta fiesta. Parece ser que el avión en que venía de Marsella se ha estrellado y ha muerto todo el pasaje, incluido él. Y la desgracia se desata sobre ellos.
Temas de la obra
Los diálogos se van sucediendo, poniendo de manifiesto el carácter de cada personaje y la manera de funcionar de cada matrimonio, apareciendo seis personalidades muy diferentes, cada uno con su mundo interior y una manera de enfrentar la vida. Su tolerancia ante el adulterio, el de su pareja, aderezado con la venganza y la pasión aplicada ante su descubrimiento, serán los pilares de una trama donde están todos los perfiles posibles: el macho ibérico, dispuesto a llevar su venganza hasta las últimas consecuencias, el hombre tolerante, monógamo dependiente hasta decir basta, decidido a mirar para otro lado de por vida con tal de que no cambien nada de su estable y aburrida vida emocional, y el intermedio, una mezcla de los dos que, para colmo es el notario que dará fe del detonante del desarrollo de los acontecimientos. Y es que es el depositario de una carta del amigo solterón, la cual contiene sus últimas voluntades y que deseaba que fuesen leídas en voz alta y con sus amigos en pie cuando tuviesen la certeza de su deceso. Es lo que hacen, y cuál es su sorpresa cuando les devela desde el más allá que les ha sido infiel con sus tres esposas.
Ellos siguen debatiendo en el salón cuál deberá de ser su postura con el resto de sus vidas y con sus respectivas parejas a partir de este descubrimiento, surgiendo también todas las soluciones posibles planteadas desde los diferentes caracteres. Ellas aún no han sido informadas ni de la muerte ni de la carta.
Un muerto viviente
Para colmo de males, entre que las esposas se enteran de la muerte de Gustavo Ferrán y el inicio del cambio en la vida de todos por las infidelidades delatadas, aparece el muerto viviente. El amigo no había tomado ese avión a la hora prevista, pero ya se ha sabido su venganza burladora. Ada, del trío de mujeres la más inteligente, toma las riendas de las soluciones posibles frente al vivo que aparece en su casa con total descaro, pretendiendo seguir manipulando a todos y sin saber la dimensión que ha tomado su ausencia a la cita. El personaje de Gustavo se perfila como el típico cínico que resulta ser el amigo del alma del grupo masculino y que se retrata como un psicópata, un ser que se distingue por su falta de empatía y sentimientos hacia todos ellos y que sin embargo tiene la capacidad de embaucarlos para que caigan en sus redes de cazador. Ada le propone que escriba una nueva carta y que siga fingiendo que está muerto para remediar lo que parece imposible a priori, que se ha cargado la confianza marital de tres matrimonios que se sentían cómodos con sus vidas, cada uno en su papel.
La moral de la mentira
En los diálogos de la obra se van planteando preguntas que llegan al público como flechas lanzadas directamente al corazón, donde se nos interpela a reflexionar sobre lo que es realmente moral: si las mentiras piadosas o las verdades hirientes que no llevan a ninguna parte. El miedo de saber o no saber, esa es la cuestión. ¿Está sobrevalorada la sinceridad? ¿Se puede mantener la pasión en un matrimonio de veinte años? ¿Es lícito mantener aquel contrato social con otros alicientes?
La obra original Esta obra fue llevada al cine por el director mexicano Roberto Gavaldón en 1953. Casona fue uno de los autores más importantes del siglo XX español, viviendo a caballo entre España y América Latina, donde sus obras triunfaron, entre otras cosas por los temas que planteaba tan censurables en la España de la época. Proponer desde la ironía la libertad sexual de las mujeres casadas como una opción era un tema completamente tabú.
El PETAEs encomiable el trabajo realizado por los actores amateurs, proyectando su ilusión en cada obra anual, como es el caso: Las tres perfectas casadas. Destacar el garbo de los actores, en especial de los que les han tocado los papeles más jugosos: El machista ibérico, Jorge, interpretado por Enrique Conejero y su esposa Leopoldina, la beata insufrible, interpretada por Camelia Sánchez, sobre quienes recaen los diálogos más hilarantes. Subrayar la labor de Carmen Figueredo como directora y adaptadora del texto, además de su papel como Ada. Viva el teatro y las sensaciones que nos provoca cuando nos sienta frente al espejo de la vida.
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