Verdad y valentía en la pantalla de Fical con ‘Carmen y Lola’

Actores ‘amateurs’ que llenan la pantalla de verdad y que tienen la valentía de denunciar situaciones injustas que se producen todavía hoy dentro de la comunidad a la que pertenecen. Eso es ‘Carmen y Lola’, la película de Arantxa Echevarría que se proyectó ayer en el Certamen Nacional de Largometrajes ‘Ópera Prima’ del Festival Internacional de Cine de Almería, Fical 2018.

La historia de amor entre dos adolescentes de etnia gitana, una de ellas a punto de casarse según manda la tradición caló, centró ayer la sección competitiva de larga duración del festival. La proyección de la cinta, que pone sobre la mesa temas como la desi­gualdad de la mujer, y un encuentro informativo con el actor Moreno Borja, quien interpreta al padre de Lola, propiciaron ir más allá en algunas de las cuestiones que plantea este filme que ha causado cierta controversia. No en vano, llegó a ser retirado de una muestra de cine.

El director de Fical, David Carrón, explicó que el largometraje ha sido “un fenómeno sociológico”. “Un tema tabú” que ha requerido del “compromiso y la valentía” de los actores que conforman el reparto, ninguno profesional del séptimo arte, a quienes la película “les ha cambiado la vida”.

El mejor ejemplo es el propio Moreno Borja, quien se dedicaba al mundo de la seguridad privada y, después de este proyecto, ha iniciado una carrera en el mundo de la interpretación que lo ha llevado a vincularse a dos proyectos de Movistar Plus: ‘Arde Madrid’ y ‘La Peste’.

Borja desveló que ‘Carmen y Lola’ llegó a su vida por casualidad, ya que recibió la llamada de la directora de casting de la película a pesar de no presentarse a la prueba. A partir de ahí, comenzó un proceso de aprendizaje que, unido a unos valores sólidos y un compromiso social muy fuerte, le sirvió para “levantar la voz” a favor de la mujer y de la libertad sexual.

“El cambio surge por ver cómo lo pasan tan mal dos personas que simplemente se aman, cuando nos debería dar igual la orientación sexual de cada uno. Y no es algo que sólo ocurra en la etnia gitana, por desgracia, hay muchas personas que no son gitanas y que no pueden reconocer su identidad sexual, a quienes incluso se las agrede por ello, y eso es muy triste”, apuntó. Y acto seguido señaló que, pese a todo, la comunidad gitana ha vivido “avances impensables hace veinte años”.

La verosimilitud que recorre la cinta se debe, a su juicio, a un “buen trabajo de documentación” y a la estrecha relación entre la directora y los actores. “Teníamos mucha motivación y llegamos a creernos el papel”, concluyó.