Regreso a las raíces en la España vacía

El desarraigo es el tema que recorre de principio a fin ‘Con el viento’, el primer largometraje de Meritxell Colell que copó ayer la pantalla del Teatro Cervantes en el Certamen Nacional ‘Ópera Prima’, que se desarrolla en el contexto del XXVII Festival Internacional de Cine de Almería, Fical. Un viaje de la gran ciudad a la España vacía. De la globalización a esa vida rural que languidece sin que nadie pueda remediarlo. Del éxito de los focos y el aplauso a la esencia de nuestro pasado contenida en objetos que hoy carecen de toda utilidad, pero que ayer representaron una especie de progreso.

La película, que narra el regreso de Mónica después de veinte años a la aldea familiar tras la muerte de su padre, nace del deseo por parte de la directora y guionista catalana de retratar el pueblo de sus abuelos y un modo de vida que desa­parece porque el cine es también el arte de “registrar lo efímero”.

“El proyecto parte de algo personal: está rodado en casa de mis abuelos y he usado incluso ropa de mi abuela, de modo que lo autobiográfico está en objetos y situaciones que apelan al vínculo con el lugar como la escena en que la protagonista lava la cabeza de su madre. Sin embargo, a partir de ahí cuento una historia que no he experimentado aunque es universal”, apuntaba Meritxell Colell ayer.

‘Con el viento’ no está, por tanto, basada en hechos reales, sino en “emociones reales”. De hecho, a la hora de elegir el reparto una de las cuestiones esenciales era que “las protagonistas compartieran experiencia vital con los personajes para dar profundidad emocional”.

Aunque en un principio Colell escribió el papel de la madre pensando en su abuela, finalmente fue Concha Canal, actriz amateur, quien la interpretó: “Me puse a hablar con la gente de la zona hasta que la encontré; había perdido a su marido y vivía sola, ya que sus hijos residían lejos. Al principio ella no sabía muy bien qué buscaba, hasta que un día me dijo: ‘Tú lo que quieres es la vida misma’ y acertó”.

Mónica García, protagonista de la cinta, tampoco poseía experiencia delante de la cámara. Coreógrafa gallega, su dominio de la danza contemporánea brindó a Colell un elemento que simboliza a la perfección la transformación que sufre su personaje, que va de la oscuridad a la luz, de lo claustrofóbico a la reconciliación con el paisaje de su infancia.

Reconciliación con el paisaje y con el pasado en un filme que se sustenta también en la interpretación de dos actrices profesionales: Ana Fernández, la inolvidable María de ‘Solas’, y Elena Martín Gimeno. “La película se construye desde el diálogo entre cuatro, es la mezcla entre la experiencia y la verdad”, puntualizó.

Paisaje y despoblación
Rodado en las provincias de Burgos y Palencia, el paisaje de ‘Con el viento’ es un protagonista más hasta el punto de que la catarsis del personaje principal acontece paralela a ese entorno que pasa de ser hostil al hogar recuperado. “Quería hablar también de la España vacía, de esa generación que tuvo que emigrar pero no puede dejar de volver cada verano al espacio que le expulsó; perseguía ser realista con el porqué de la despoblación”, añadió la cineasta.

El final no solo está abierto y permite una segunda lectura, sino que el nuevo proyecto de Meritxell Colell retoma el personaje de Mónica nueve meses después de regresar a Argentina.