Música y cava, armonía para la nueva mesa

Encarna Iglesias está dispuesta a estimular los sentidos de los más encendidos partidarios del arte en la cocina. La noche del jueves será el escenario en el que se casen tres facetas distintas como son la gastronomía, la enología y el cante flamenco, con el reto de unirse en una serie de experiencias nunca exploradas.

Por una parte los platos salidos de las cocinas de La Tita Cocina, un establecimiento en la urbanización Almerimar, en El Ejido, por otro los productos salidos de las bodegas Gramona, probablemente la que mejores cavas proporciona a los mercados nacionales, y finalmente el saber hacer de tres artistas como Ángela Cuenca, Ana Guadalupe y David Delgado (Niño de la Fragua).

La Cata de ‘burbujas y acordes’ supone un paso más en los escenarios de este tipo de apuestas en los que se trata de maridar diferentes facetas de artes teóricamente alejadas entre sí pero que, según Encarna Iglesias, promotora del evento de la noche del jueves y cocinera en La Tita Cocina, ofrecen a quienes asisten un universo de sensaciones diferentes, con el denominador común de las emociones.

La cuestión es que el estómago, el paladar y el oído, si se combinan adecuadamente, puede ser capaces de conformar el más integral de los alimentos “porque dicen que comida y bebida son los alimentos del cuerpo, y la música es el alimento del alma”, explica Encarna, que confía en que esta sea una velada mágica que abra ‘un camino de sensaciones aún por explorar’.

Ángela Cuenca ha compuesto un ‘palo’ de flamenco clásico para cada uno de los vinos y cavas que se degustarán a lo largo de la noche. Ella es la compositora (es profesora de cante flamenco en el Conservatorio de Jaén) y cantante; Ana Guadalupe pondrá el baile al servicio de la música y David Delgado se encargará de sacar de la guitarra los sones para envolver la cata en un ambiente especial.

La cocinera explica que sus ‘burbujas con flamenco’ son el resultado de su pasión por la cocina, la admiración por los cavas y caldos salidos de la factoría Gramona, y la fusión con la música flamenca para potenciar las sensaciones. Pero es también “el pequeño homenaje que con este tipo de actividad queremos ofrecer a nuestros clientes más fieles, aquellos que desde siempre han estado a mi lado, en los buenos y malos momentos”.

Encarna se define como pasional en todo lo que emprende y la cocina no es una excepción sino la salida más lógica, porque no hay ningún otro trabajo en el que el reconocimiento sea tan inmediato, ya sea el éxito o el fracaso. Y añade que el mayor placer “es poner cada día sobre la mesa el resultado de ese trabajo y someterlo al juicio de los comensales; su valoración, sus elogios o sus críticas son lo que hace seguir adelante, el estímulo para hacer que, al día siguiente alguien encuentre placer en degustar lo que pones en su mesa”.

Y así, con la colaboración de Antonio Rueda Distribuciones, este jueves por la noche desfilarán por las mesas del restaurante de Encarna una ensalada templada de escarola con gula y frutas de temporada, un canelón relleno de pera, mango verde y jengibre con crema de Portobello, un Carpaccio de Salmón y gel de granada, un Bacalao y sus callos con garbanzos aromatizados, un Magret de pato con crema de boniato y virutas de foie y, por fin, un Crujiente de manzana ácida y pasas con vainilla.

Para acompañarlos dos blancos de Gramona como el Gessamí y el Mas Escorpí, seguidos de tres cavas como Rosat Brut, Imperial y III Lustros y un Vi de Glass, hijo de los ‘vinos de hielo’ que empezaron a producir a 40 bajo cero en Canadá. Y envolviéndolo todo la música creada por Ángele Cuenca, acordes flamentos para hacer redonda la noche y más grande el horizonte, el Mediterráneo que se extiende a los piés de La Tita Cocina.