Retratos de autor: Rodrigo Valero publica ‘Introspecciones’

Cada uno de sus retratos apenas es la punta de un iceberg. De ahí que la humanidad que destilan, y hasta la turbación que transmiten cuando el observador se siente bajo la grave mirada del personaje en cuestión, no constituya más que un destello, ese momento mágico en que se oye el clic del disparador. Porque detrás de cada fotografía hay una historia de empatía y de complicidad. Un intento de adentrarse en las circunstancias de la otra persona. Un relato sobre la debilidad humana que nos iguala.

“Todos son iguales para mí y trato de retratarlos con la misma dignidad”, asegura a LA VOZ el artista Rodrigo Valero en referencia a las más de 200 fotografías reunidas en su libro ‘Introspecciones. Retratos de autor’, que acaba de publicar Grupo Cosentino y que se presenta hoy miércoles 26 diciembre, a las 19 horas, en el Centro de Cultura de Cajamar, ubicado en la Casa de las Mariposas de la capital.

“El gesto capturado por la cámara de Rodrigo respecto de cada uno de sus personajes, enmarcado en un intrigante color negro, aporta una fuerza escénica extraordinaria”, señala en la introducción el director de Marketing de Grupo Cosentino, Santiago Alfonso. “Usa la cámara como una gubia que labra en la luz”, indica el director del Secretariado de Promoción Cultura de la Universidad de Almería y fotógrafo, Blas Fuentes. “Es un ladrón de almas, de miradas, de ojos; un poeta del claroscuro, un ‘voyeur’ que no necesita quitar la ropa para desnudar a un hombre o a una mujer”, dice el periodista Manuel León.

Desde que hace cinco años el pintor Antonio López lo comparó con los grandes retratistas flamencos y le aseguró que era una de las pocas fotografías en las que se reconocía, Valero entendió que aquella afición suya de desentrañar el alma de la gente cobraría forma de libro. Y ahora es un libro que reúne a unas 230 personas -la mayoría de Almería- que constituyen una muestra del tejido social. De presidentes del Gobierno a poetas, de bomberos a cantantes y de docentes a emprendedores. Gente conocida y anónima que ha tenido que seleccionar de entre las 2.000 instantáneas que atesora.

“Siempre me ha encantado hacer retratos y, para hacerlos, hay una máxima: la empatía; si no eres empático, es imposible sacar la parte interior de alguien. Es importante dialogar con ellos antes, conocerlos. Dejamos de ser dos extraños para establecer una complicidad y que se muestren como son”, afirma.

Tal cual es se mostró frente al objetivo de Valero Pepe Mújica, ex presidente de Uruguay, al que tuvo la oportunidad de enseñar una serie de fotografías del barrio almeriense de Los Almendros, lo que suscitó que lo invitase a su país para “retratar escenas semejantes desde su visión poética”. Sin artificios le contó también su historia Pilar, una prostituta marcada por una vida de violencia.

Descontextualizados en un intento de enfatizar a la persona que hay detrás del personaje y en blanco y negro para evitar que el color despiste y centrarse en la mirada y los gestos, Rodrigo Valero trata a los personajes de tú a tú y los identifica únicamente por su nombre de pila y profesión en un afán de igualarlos. Un afán que lo enorgullece y que achaca a su sensibilidad como descendiente de tres generaciones de inmigrantes.