Aún estaban las azucenas desperezándose para quitarse de encima el frío de la madrugada (a las 8 horas de la mañana los termómetros de la capital apenas llegaban a los 7 grados). El mar era una balsa de aceite y por Cabo de Gata empezaban a aparecer los tonos anaranjados que anunciaban la inminente salida del sol, puntual a su cita. Las puertas del santuario de la Virgen del Mar se abrieron de par en par. Empezaba la jornada de la primera romería del año en España.
Tras la misa de romeros las 8.30 horas, presidida por Fray José Barrado Barquilla, prior del Real Convento de Santo Domingo de Almería, la imagen de la Virgen del Mar salía de su santuario. Eran las 9 de la mañana y las andas, remolcadas por un todoterreno, iniciaban su recorrido en dirección a Torregarcía.
Así, a las once en punto de la mañana, la imagen vicaria de la Virgen del Mar (que habitualmente se encuentra en la capilla del convento de los dominicos y que sale a la calle única y exclusivamente en el día de la romería, mientras la original permanece situada en el altar de su santuario) llegaba a la atalaya vigía de Torregarcía.
Sin embargo, por primera vez, el trono no fue llevado desde el lugar en el que Andrés de Jaén avistó la imagen de la Virgen del Mar hace 516 años hasta la ermita a hombros. Tal y como anunció hace unos días el hermano mayor de la Hermandad de la Virgen del Mar, Elías García, esta vez el remolque ha llevado el trono a escasos metros de la ermita.
Condena del acto vandálico
Ya situada la imagen de la Virgen del Mar en el interior de la ermita, y tras el rezo del rosario, dio comienzo la misa presidida por el obispo de Almería, Adolfo González Montes. Eran las 12.15 horas del mediodía y los fieles allí congregados, que ya se contaban por miles, tenían por delante una hora y cuarto de eucaristía en la que el obispo no olvidó mencionar y condenar los actos vandálicos que tuvieron lugar en los últimos días en la ermita.
"Los responsables del atentado contra esta ermita no han podido evitar que hoy y aquí hagamos memoria de nuestro bautismo para reavivar nuestra fe. Un acto vandálico que no ha impedido que estemos hoy aquí", recordaba González Montes.
Todo ello, mientras el mundo seguía girando alrededor del epicentro religioso de la romería. No en vano, es uno de los pocos momentos en el que los almerienses pueden estar en misa con un bocadillo de morcilla y una cerveza ocupando sus manos.
Y es que, más allá de los sentimientos religiosos y la devoción que ha movido a los más de 4.000 almerienses que, según el Ayuntamiento de Almería, se han congregado en Torregarcía, la parte festiva de la jornada es uno de los ingredientes estrella.
Una cola eterna en la churrería y la afluencia en torno a las barras instaladas por las hermandades de la Macarena y el Amor de la capital así lo demostraban desde primera hora de la mañana. De hecho, a los almerienses que acuden a la romería no les ha faltado opción de ocio alguna: dos puestos de gofres, uno de vino dulce y un amplio mercadillo.
Poco después de las 17 horas de la tarde, la imagen vicaria de la patrona de Almería ha iniciado su regreso al santuario de la capital. Diez minutos antes de las 21.30 de esta noche, la Virgen del Mar entraba en el Real Convento de Santo Domingo de Almería. Detrás quedan una ermita a la orilla del mar, una torre que vigila la calma del mar y las primeras azucenas de 2019, testigos de una primavera anticipada que, como un milagro, florece con la llegada de la Virgen del Mar.
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