Feminismo calé en 280 caracteres

¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!

Noelia, de apellido Cortés, tiene 22 años y viene de un lugar “tanto racial como de clase” que le hace defender ciertas cuestiones, como ella misma resume.

Entre sus referentes, el autor de los versos que encabezan este artículo, un Federico García Lorca “que siempre estaba con los que peor trato recibían”, argumenta Cortés. Y ahora, esta joven albojense está con las que peor trato reciben.

Adaptando, eso sí, el mensaje para pasar de los versos al límite de caracteres de Twitter, lugar en el que Cortés se ha convertido en un referente en la defensa de las mujeres gitanas.

Causa feminista
“No quiero ser el oráculo ante las dudas sobre este tema”, aclara Cortés en declaraciones a La Voz de Almería. “Sencillamente, a veces defiendo lo mío porque vivo en el mundo y es algo necesario”, simplifica.

Sin embargo, sus más de 6.500 seguidores en Twitter no surgen de la nada. No en vano, y a pesar de la humildad con la que lo afronta, se ha convertido en un altavoz para la causa feminista desde el prisma del pueblo gitano, posición desde la que debe denunciar innumerables situaciones, tal y como ella misma explica.

“Muchísimas”, plantea. “Desde la pensión de viudedad negada a las mujeres gitanas que llevaban décadas casadas por su rito hasta el propio pensamiento de que una mujer no puede ser feminista si es gitana”, denuncia esta almeriense hija de una albojense y con padre de Águilas, Murcia.

Humor y clasismo
Todos los que se acerquen a la cuenta de Twitter de esta estudiante de Farmacia podrán encontrar una mezcla de cultura gitana, flamenco, Andalucía y Murcia, cine quinqui y la inevitable figura de Federico García Lorca.

“Pero también mucha literatura, música, series y, básicamente, el contenido normal que dejaría ahí una muchacha de mi edad”, cuenta Cortés, como queriendo restarle importancia a su labor de divulgación en Twitter.

“A nadie le interesa escuchar a los gitanos, siempre creen que saben más que nadie sobre ellos”, reflexiona Noelia Cortés sobre el contenido de esos mensajes comprimidos en 280 caracteres.

Y respecto a esa superioridad con la que, dice, se tratan los temas sobre gitanos, la albojense no olvida el manido humor construido sobre los estereotipos de su pueblo.

“No creo que la solución sea prohibir los chistes de gitanos. A mí me encantan”, confiesa. “Lo que hay que diferenciar es el contexto: algunos se creen los Monty Python y son solo rancios con micrófono”, plantea.

Más allá de la batalla que gitanos y gitanas plantan a diario a cuenta de los chistes cargados de tópicos, Cortés recuerda que la doble discriminación a la que se somete a las mujeres gitanas es algo que se sufre en multitud de ocasiones surgidas en el día a día.

“Es una especie de combinación entre comentarios clasistas, racistas y machistas”, denuncia. “Y te puede caer cualquiera de ellos, según el momento. Y si te sales del recuadro de su estereotipo mental sobre tu gente, prepárate para el interrogatorio más incómodo y paternalista posible”, cuenta.

Y frustración es la palabra con la que Cortés resume esa sensación que la invade al oír hablar mucho y mal de su pueblo.

Twitter
¿Y por qué Twitter para luchar desde la trinchera de las mujeres gitanas? Porque, según Cortés, es el lugar en el que encuentra “la comodidad de dejar un mensaje contundente, corto y que mucha gente puede leer; incluso pueden contradecirte, preguntarte, agradecerte una reflexión, etcétera”.

Pero sea cual sea la plataforma desde la que reivindicar y luchar, los referentes de Noelia Cortés son los de siempre, los que siempre estuvieron con los suyos. La Mala Rodríguez, “que no deja que nadie le tosa”; Alba Flores, “que nunca da la espalda”; su abuela Rosa Cortés, “gitana de Albox que crió a 8 hijos”; y Federico, claro.