Pilar Quirosa y Manuel del Águila

La autora de ‘Azul tristeza’ formaba parte activa de la Asociación Cultural Manuel del Águila

Piral Quirosa-Cheyrouze rodeada de libros y películas.
Piral Quirosa-Cheyrouze rodeada de libros y películas. La Voz
Francisco Capel del Águila
07:00 • 20 ene. 2019

La muerte de la poetisa Pilar Quirosa-Cheyrouze me cogió totalmente por sorpresa en Madrid, lugar de mi residencia. Había hablado con ella hacía menos de un mes. Le dije que estaba fenomenal en una foto de autor que me envió de Rodrigo Valero. Nos felicitamos el nuevo año y después…, el silencio. 



Nunca se está preparado para recibir la noticia de la muerte, un túnel cerrado en donde solo las palabras sirven de consuelo. Hay que saber cómo colocar el dolor y como reinventarse, porque ya no eres el mismo cuando te separas definitivamente de una buena amiga, porque el paisaje se va deshaciendo poco a poco a medida que vas perdiendo a las personas de tu entorno. Lo único que podemos hacer por los muertos es amarlos y recordarlos en la distancia.



El poeta inglés William Blake decía que “el pájaro tiene su nido, la araña su tela y el ser humano tiene la amistad”. Y siempre he considerado que, un mundo sin amigos es como un erial, la riqueza del ser humano se mide por la cantidad y calidad de los amigos que uno tiene y Pilar, de eso no se puede quejar, han sido incontables las personas de su entorno que le han querido y admirado.



La conocí personalmente después de la muerte de mi tío, el escritor y compositor almeriense, Manuel del Águila. Comprobé que tenían una gran amistad, les unía la poesía, la música, las publicaciones en prensa y libros,  y la cultura en general. Sus palabras hacia Manolo estaban llenas de cariño  y amistad. 



En el primer aniversario de su muerte, en un precios artículo, Un año sin Manuel del Águila, comentaba: “Todos los que conocimos a Manuel, los que tuvimos la enorme suerte de gozar de su amistad, de sus conversaciones y de su complicidad, le recordamos hoy, también, desde esta parcela de reflexión y de silencio. Escuchando las inolvidables y revividas notas de un piano, ‘Si vas pa la mar’, visitando las estancias del recuerdo. Y en el homenaje en Canjáyar, que le dedicó un mirador en el año 2008, decía: “Y en este trayecto y zona de peaje que es la vida, existen personas que  viven intensamente y quieren compartirla, a manos llenas, haciendo de su talante personal una constante muestra de solidaridad y continua y fiel entrega. Así era el humanismo de Manuel del Águila y todo cuanto ha significado para el devenir cultural de esta tierra”.  Le escribió y le recitó un precioso poema, ‘A Manuel del Águila, viajero por el tiempo de Almería’ que, entre otras cosas decía...



Aquellas luces, Manuel. Y aquellas sombras.



Los pulsos intensos. Tu estancia soñadora,



las calles y las plazas de Canjáyar.

La vida transparente.

Desde este mirador, Manuel,

ya para siempre ligado a tu nombre,

humanista del verso.

Para sentir el espacio pleno, la luz infinita, y el universo todo.

Y la vida, latiendo entre nosotros,

para siempre unida a tu recuerdo.


En el libro del ‘Centenario del Nacimiento del escritor’, publicado por el IEA,  en su artículo, ‘Manolo, observador de mundos’, manifestaba: “Hay días, espacios necesarios, en que la amistad y el reconocimiento se unen para evocar momentos entrañables. ..Desde su marcha, el 8 de octubre de 2006, los días transcurren sin ese contacto tan especial -emoción del instante recreado-, que nos dejó definitivamente huérfanos, incrustados en esa especie de abismo que supone la carestía de palabras y deseados encuentros, tantos verbos conjugados alrededor del juego cómplice, algo que, con el paso del tiempo, se ha ido convirtiendo en fiel añoranza, aquellos momentos nacidos desde la hondura.


La invitamos a que formara parte de nuestra asociación cultural y su aportación ha sido fundamental para mantener viva la memoria del ilustre almeriense. Al finalizar la reuniones, alrededor de una mesa de camilla, en casa la de Paco Moncada, nos hacía una foto, no como expresión artística, sino como un lenguaje de comunicación, que luego nos enviaba para inmortalizar ese espacio y ese tiempo dedicado a nuestro amigo Manolo, era como si quisiera retener la vida que se le iba escapando poco a poco. La última foto nos la hizo el pasado 16 de noviembre, que ya forma parte de la historia de la asociación. 


Pilar era una persona amable, sonriente, siempre dispuesta a colaborar y de una nobleza ejemplar, incapaz de hacerle mal a nadie. Su último periodo de vida lo pasó aguantando estoicamente su enfermedad, luchando para salir adelante. Su lucha por la vida fue encomiable y digna de admiración.  


Pilar, todos tus amigos de la Asociación Cultural Manuel del Águila, que hemos compartido contigo tantos ratos agradables y emotivos te recordaremos como una persona que pasó por nuestras vidas dejando una huella de cariño y amistad sincera. Estaremos atentos al eco de tu voz que dejas entre nosotros.  DESCANSA EN PAZ.


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