Medio siglo de la llegada del hombre a la Luna, en Terque

El Museo Etnográfico de Terque propone, un año más, una nueva exposición temporal de producción y fondos propios: ‘Lunáticos. El hombre y la Luna’. La inauguración tendrá lugar este sábado 16 de febrero.

“Este es un pequeño paso para un hombre. Un salto gigantesco  para la Humanidad”. Estas palabras las pronunció Neil  Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna,  el  21 de julio de 1969. A bordo de la misión espacial Apolo XI, viajaban otros dos astronautas: Aldrin y Collins. Jesús Hermida, corresponsal de TVE, lo retransmitió para todo el país. Este año se cumplen 50 de aquel día que llenó de asombro al mundo.

Hace dos años, dentro de la importante donación de los hijos del médico José Martínez Oña de Almería, el Museo Etnográfico de Terque recibió gran cantidad de revistas ilustradas y prensa diaria que había guardado como un recuerdo de aquellos días. Esta circunstancia animó al equipo del centro a investigar y a recoger materiales relacionados con la Luna y a preparar una exposición para conmemorar este aniversario convirtiéndose en “auténticos lunáticos”.

La exposición hace un recorrido por el cine y la Luna,  mostrando carteles y programas de mano. Las primeras  películas fueron en 1902, ‘Viaje a la Luna’ del francés Georges Meliens, y en 1929, ‘La mujer en la Luna’ de Fritz Lang. Esta última se pudo ver en Almería en 1932. “Como habíamos previsto, el estreno de la película ‘La mujer en la Luna’ constituyó anoche en Hesperia un acontecimiento... habiéndose logrado convertir en realidad lo fantástico, por obra y gracia del séptimo arte”, publicó ‘La Crónica Meridional’.

En la muestra se recuerdan a las diferentes Lunas, con sus acepciones,  dichos o refranes. Expresiones como ‘quedarse en la Luna de Valencia’.

La Luna impregnó la vida cotidiana. En la exposición se recogen historias y textos relacionados con Almería, donde se recitaban versos para atraer el dinero abriendo un monedero y enseñándolo a la Luna cuando estaba en cuarto creciente. Con este ritual se garantizaba que no faltara  nunca el dinero en la casa. Hasta el Ayuntamiento hacía uso de la Luna en su afán por ahorrar en el alumbrado público.

Se reflejaba asimismo lo que inspiraba la Luna a los niños de Almería a través de una redacción de escuela de  José María Martínez Oña.

La Luna inspiró a los enamorados, como se ve en esta carta de 1936 que se conserva en Museo de la Escritura Popular de Terque: “Estas noches la Luna está preciosa. Anoche, cuando la miraba, pensé que ella tenía la dicha de verte, y le tuve un poco de envidia.  Mírala todas las noches a las diez y media durante cinco minutos que yo también la miraré, y será muy agradable pensar que los dos hacemos y pensamos lo mismo. ¿Verdad que si lo harás?”.