Los primeros retratistas de Almería

A pesar de todo lo que diría tiempo después en este arte, Almería se subió tarde al carro de la fotografía. Hasta el año 1862, cuando aparece el primer daguerrotipo, no hay más que elucubraciones. No existen referencias en los periódicos de la época. A partir de ahí, llegan los fotógrafos itinerantes que venían en época de feria y cuando se acababa la clientela, recogían sus bártulos y se marchaban. Estos dieron paso a otros que permanecieron más tiempo: italianos como Patricio Bocconi y franceses como Mr. Dubois. A partir del 65, se instalaron aquí los primeros retratistas españoles y, al fin, los almerienses. Como Victoriano Lucas.

“Lucas fue un fotógrafo pictorialista que hacía unas imágenes extraordinarias”, apuntaba ayer  Donato Gómez en la  presentación de su libro ‘Fotógrafos, artistas y empresarios. Una historia de los retratistas almerienses’, publicado por la Editorial de la Universidad de Almería (UAL).

“Los primeros retratistas eran en parte pintores, la fotografía no requería una especialización inicial, tenía un proceso y daba un poco igual quien hiciese la imagen: nos encontramos haciendo fotos a dentistas sin clientes, abogados sin bufetes, pintores sin taller y vendedores de ultramarinos que en el cuarto último de la tienda ponían un taller fotográfico”, añadió el profesor de Historia e Instituciones Económicas de la UAL.

Matices
Minutos antes del inicio del acto en el Centro Andaluz de la Fotografía (CAF) -que acoge la muestra que acompaña a la publicación donde se expone el primer daguerrotipo hecho en Almería, probablemente del conde de Lipa-, el rector de la UAL, Carmelo Rodríguez, reflexionaba sobre cómo el que la obra venga de un historiador económico como Donato Gómez “permite hacer un análisis de los orígenes de la fotografía con unos matices históricos y económicos”.

En este sentido, el director del CAF, Rafael Doctor, definió el proyecto como “más que interesante” porque “abre vías para futuras investigaciones en un tema que no estaba prácticamente estudiado”. “Cuando hace un año tuve noticia del libro, me pareció un regalo. Es un ensayo que pone en valor algo que todos tenemos en nuestras casas, nuestro archivo fotográfico. Un material que es una obra de arte en sí mismo, pero cuando le cae el tiempo encima, se revaloriza aún más”, sostuvo.

En el año 1900, Almería tenía un 70 por ciento de analfabetismo y la llegada de la fotografía supuso algo así como una celebración. La burguesía sentía alcanzar un estatus y ennoblecerse a través de un medio moderno.

Según subrayó el catedrático de Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), José Manuel Pérez Tornero, “hoy la fotografía es más importante que antes, pero su gramática se aprende conociendo el pasado”. “En un mundo donde se cuelgan 8.000 imágenes por segundo en Facebook, es necesario aprender nuevas competencias”, reivindicó.