La noche del pasado jueves, la calle Almedina fue escenario de un reencuentro al calor de costales, martillos y trabajaderas con sabor añejo.
En concreto, la sede de la Asociación de Vecinos Casco Histórico de Almería organizó, junto a Amigos del Costal, una mesa redonda para reivindicar la figura de aquellos hombres que hace ya casi 40 años se pusieron ante los primeros pasos de la Semana Santa almeriense llevados por costaleros.
Experiencia
En la mesa estuvieron Manuel Fernández Gil, Manuel García Quesada, Eduardo de Vicente Palenzuela, Francisco Jiménez Hernández, Antonio Toro Cobo y José Luis Martínez Rueda, nombres clave para componer una imagen de cómo fue el pasado del mundo del costal en Almería y cuál ha sido su evolución.
El acto sirvió para recordar anécdotas pretéritas, como la narrada por Fernández Gil respecto a un perseguido por la Ley que terminó ocultándose bajo una parihuela en mitad de una procesión en su fuga de la Policía. También hubo debate, camaradería e incluso alguna que otra puntualización sobre el lenguaje utilizado en el mundo cofrade de la ciudad: “En Almería no se iguala, se talla: los altos van delante y los bajos atrás”, planteaba el propio Fernández Gil.
Unos 40 asistentes disfrutaron de un rato de reencuentros, análisis, debate y más de una carcajada que terminó pasadas las 22 horas de la noche, cuando Antonio Andrés Díaz Cantón entregó una taza conmemorativa a los participantes en la mesa redonda.
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