Pólvora, aplausos, emoción... Dalías se echa a la calle y mece a su Cristo

Pólvora, aplausos, emoción... Dalías se echa a la calle y mece a su Cristo

Elizabeth de la Cruz
21:31 • 18 sept. 2011
No cabía ni un alfiler. La iglesia de Dalías se convertía un año más en un hervidero de personas. De fieles, de devotos, de vecinos, visitantes, de gentes inquietas e impacientes por vivir ese momento que sólo se vive cada tercer domingo de septiembre, el momento de ver al Santísimo Cristo de la Luz por las calles de Dalías. Cuando las campanas del templo repicaban con fuerza a las ocho y media de la tarde, justo como estaba previsto, los aplausos, la emoción y las lágrimas se entremezclaron con el himno nacional que abría el baile del Cristo, un año más, antes de su salida frente a miles de personas que le aguardaban en la plaza.

Y de repente un apagón. Brazos levantados en señal de devoción, y de fervor. Mayores, pequeños, autóctonos o foráneos. Todos ríen, todos lloran. Todos lo viven con pasión. Y el Cristo de la Luz sale del templo y con él comienzan los primeros claros en su interior. Empieza la pólvora. Kilos y kilos. Cohetes, varillas, luces, y todo un pueblo a oscuras porque cuando el Cristo sale a la calle Dalías lo recibe en la noche, con un silencio atronador. Todo ello en tres minutos, pero que parecen eternos. Eternos porque a la luz de la pólvora los presentes hacen sus plegarias, o se acuerdan de los suyos, piden sus anhelos o simplemente se dejan embriagar por la emoción de lo mágico de una fiesta, que aunque declarada Interés Turístico Nacional de Andalucía en 1998, para los dalienses, para los de toda la vida, su tradición se remonta mucho más atrás en el tiempo. Y de repente un ‘¡Viva!’ se convierte en el pistoletazo de salida de la procesión.

Con semejante estampa, la comitiva, encabezada por la Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz, las autoridades locales y provinciales, así como por los pregoneros de Dalías y Celín, acompañados a su vez de la música de la Banda Municipal de Dalías y la Agrupación Musical de la Santa Cruz de Almería, inician su recorrido por las calles del municipio hasta llegar a la primera traca de la Peña Festivalera, que le ofreció un nuevo regalo a su patrón.

Durante más de tres horas y media el Santísimo Cristo de la Luz paseó por las calles de la ciudad, bajo la mirada atónita de quienes llevaban un año justo sin verle rodeado de esa luz que lo define y lo caracteriza. Por eso cuando caía la medianoche la tristeza de decirle de nuevo adiós, hasta el año siguiente, volvió a hacerse presente. Y de nuevo el apagón. Y el estruendo. La pólvora. Hasta el año siguiente.

Ocho días

Pero Dalías decía en la noche de ayer adiós a su Cristo y a ocho días de fiesta que a la espera de de los datos oficiales que durante estos días se producirán, han transcurrido con normalidad. Aunque de nuevo los kilos de pólvora fueron el secreto más bien guardado, y aún sin poder contabilizar todos los cientos y cientos de peregrinos que ya desde principios de septiembre comenzaron a subir andando a Dalías, la nostalgia fue sin duda la nota predominante en la despedida del Cristo de la Luz. Aplausos, lágrimas, apagón, pólvora y fe. Hasta el año que viene.






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