Un Lazarillo muy moderno

El pasado lunes en el Teatro Apolo nos recibían cuatro obreros de la construcción con mono y casco. Subían y bajaban del escenario,  dirigiéndose al público y advirtiéndoles de que las instalaciones están muy mal, que podían caernos cascotes y ellos no estaban allí para recoger cadáveres. Los pícaros españoles del siglo XXI estaban calentado el ambiente. Ellos son los cuatro integrantes de la compañía 300 Pistolas Teatro: Esteban Jiménez, Fael García, Carlos de Austria y Eloi Yebra, con la colaboración de Anna Hasting, en una versión de Esteban Jiménez de ‘El Lazarillo de Tormes’, 1554 (Anónimo),  y dirigida por Álvaro Morte. Con ellos se daba un magnífico pistoletazo de salida a las XXXVI Jornadas de Teatro del Siglo de Oro en Almería.

Mezcla equilibrada
Y partiendo de la anécdota real del hallazgo de un volumen original de ‘El Lazarillo’ en el pueblo de Barcarrota (Badajoz) en 1992, la obra realiza un divertido y sorprendente mezcolanza de sociedades, lenguajes y personajes, siempre con el hilo conductor del texto clásico. El amor a la lectura, el humor como lenguaje universal y el homenaje a la picaresca como género fundamental, sirven de excusa para llenar el escenario de momentos hilarantes y sorprendentes. Los cuatro actores maravillan al público desde el momento que dejan su papel de obreros ignorantes e interpretan cada episodio del texto original, donde también van intercambiándose el papel protagonista del propio Lazarillo, aportando con ello un dinamismo trepidante que no deja respirar al espectador. 

Resultado sobresaliente
El todo resultante es una nueva y fresca adaptación que arranca todo tipo de reacciones. A destacar la colaboración de Anna Hasting, que al principio juega a ser una tímida presentadora del espectáculo, para convertirse en un apoyo contumaz, a través de la lectura de fragmentos del texto original, e incluso mezclándose en escena en ocasiones con los actores, aportando la presencia femenina en una obra donde las mujeres huelgan.

‘El Lazarillo de Tormes’  queda así totalmente remasterizado sin perder su esencia de máximo exponente del género de la picaresca. El público recibe el trabajo bien hecho de la compañía, que denota un proceso de investigación profundo del texto y su historia, reflejado en un resultado escénico soberbio. Muy recomendable para acercar a las nuevas generaciones al teatro clásico. A destacar los guiños a la España del pelotazo de 1992, que provocan las mayores carcajadas en la platea.

El personaje del ciego, interpretado por el veterano actor Carlos de Austria, merece especial mención por su tremenda vis cómica. Sin duda siempre es tiempo de revisar esta obra llena de humor, este libro prohibido y perseguido por la Inquisición, que ponía de manifiesto a través de su protagonista, Lázaro, la visión cruenta de la sociedad española del siglo XVI.

Con esta versión sobresaliente, 300 Pistolas Teatro da muestra de su buen hacer, que le ha hecho merecedora del ‘Premio Internacional de Teatro Clásico de Almagro 2018’ y que hace pensar en cuáles serán los clásicos que las generaciones de dentro de cinco siglos represente en el teatro del futuro. Seguro que hay un teléfono móvil como parte del elenco.

Traten de acudir al menos a una obra del amplio y variado programa que llega hasta el 6 de abril, no se arrepentirán.