“La mujer no puede ser el 5% en los museos si somos la mitad de la población”

La ciencia y la técnica gana cada día más terreno a las humanidades y las artes. Los proyectos educativos, año tras año, ponen coto a una educación que en apariencia es menos práctica para desenvolverse en el mundo que vivimos pero que resulta fundamental a la hora de desarrollar personas en el más amplio sentido de la palabra.

Marian Alonso (Almería, 1988) creó la entidad Art&Muse con el objetivo de abordar el patrimonio y el arte desde una perspectiva didáctica, de género e inclusiva. Se encarga, además de custodiar y guiar a los visitantes en el recién llegado ‘Bufón Calabacillas’, de Velázquez, al Museo de Almería.

Tenemos en Almería un Velázquez poco conocido. ¿Dónde está el interés de esta obra?

Se está creando un efecto muy interesante en el público. La gente se queda con que hay un Velázquez y esperan encontrarse con ‘Las hilanderas’, ‘Las meninas’ o algo como ‘La rendición de Breda’. Luego ven el calabacillas y se percibe un sentimiento de desolación; entre asombrados e impactados. Pero, poco a poco, empiezan a acercarse al cuadro, a interesarse y a introducirse a través de la mediación que hacemos hasta que llegan, incluso, a empatizar.

¿Por qué llega este cuadro al Arqueológico?

Es, más bien, un tema de requisitos mínimos de conservación de los centros que el Prado ha escogido. Pero que esté aquí es doblemente interesante porque se crea un diálogo entre el cuadro y la colección arqueológica. Además, también ocurre que gente que no había venido al Museo lo ha descubierto gracias al él.

A través de Art&Muse te dedicas a hacer didáctica en las redes sociales. ¿Interesa en Twitter e Instagram el arte y el patrimonio?

Sí, además hay todo un movimiento de profesionales en torno a esto. Se ha creado una red en la que estamos interconectados. Gente que trabaja con unos mismos objetivos y metodologías para acercar el patrimonio de una manera didáctica.

También reivindicas el espacio de las mujeres en el arte.¿Por qué crees tan necesaria esta lucha?

Porque, aunque estemos en el siglo XXI y creamos que se ha conseguido todo, si indagas un poquito te das cuenta de que aún queda mucho trabajo por hacer. Son muchísimos los museos que no incorporan en sus discursos a la mujer. Incluso algunos que han sido reformados o actualizados recientemente.

¿Esa invisibilización es fruto de la casuística o algo sistemático?

Es una invisibilidad totalmente consciente e intencionada. Vete al periodo que quieras, a cualquier disciplina y, si te pones a rastrear, te van a salir mujeres. En matemáticas, informática, escultura, archivos... Siempre ha habido mujeres. Lo que pasa es que el sistema patriarcal ha invisibilizado su papel al considerarlo un ser inferior y relegarlo a las tareas domésticas. Eso le ha privado de una educación, para empezar.

¿Por dónde pasa esa “revolución” en los espacios museísticos?

Esta es la gran polémica. La política expositiva que se sigue en los grandes museos es realizar una muestra cada cierto tiempo dedicada a una mujer o un grupo relevante. Pero ¿es realmente esta la respuesta? La solución radica en integrarlas al 100% en los discursos y en cada acción que realicen estos centros. Porque, si representamos el 50% de la población, en los museos y espacios culturales no podemos representar el 3, el 5 o el 20%.

¿Y se está haciendo algo al respecto?

Sí, pero de nada sirve hacer una exposición de una mujer que consideres importante si cuando la retires se va a olvidar. El Museo de Almería en este sentido es pionero. Es el arqueológico que cuenta con mayor representación femenina de los estudiados en toda España. Y esta sólo es un 33%.