Érase una vez un pregón: Escapa anuncia la llegada de esta Feria del Libro

En la tarde de ayer, el libro y su feria se pregonaban por sí solos en la céntrica Plaza de la Catedral.

Una actividad de recreación histórica, dos largas colas para las firmas de los nuevos y jóvenes autores en alza (Defreds y Kaos) y, en general, familias yendo y viniendo de una caseta a otra anunciaban con una multitud repartida por toda la plaza que Almería vive su feria de las letras.

De hecho, el ambiente y la cantidad de actividades eran tales que el propio pregón se vio atrasado por la inercia de todo lo demás: arrancó media hora más tarde  y con un escaso aunque muy atento público.

Pregón

El pregonero era Pablo Andrés Escapa, escritor que actualmente es bibliotecario de la Real Biblioteca del Palacio Real de Madrid.

Escapa certificó con sus palabras la llegada de lo que casetas, colas para firmas y libreros obviaban: Almería celebra desde el pasado viernes su 40ª Feria del Libro.

Para pregonarla, Escapa sacó a pasear un texto inédito escrito para que sonara con su sutil voz en la Plaza de la Catedral.

El pregón empezó con nostalgia, con un 'Erase una vez': érase una vez un niño que años más tarde estaba ahí, en Almería, haciendo un pregón a las letras.

En su pregón, Escapa recordó que los libros son la vacuna para tantos y tantos defectos criticables y enumerados por el propio autor, como la insensibilidad, la mediocridad, el pensamiento único...

En el viaje propuesto por Escapa, el escritor incluyó fragmentos inolvidables de obras universales de la literatura como ‘Odisea’ de Homero, ‘La Divina Comedia’ de Dante Alighieri, ‘El Quijote’ de Miguel de Cervantes, ‘Moby Dick’ de Herman Melville, ‘Ana Karenina’ de León Tolstói, ‘La Regenta’ de Leopoldo Alas ‘Clarín’, ‘La Invención de Morel’ de Adolfo Bioy Casares, ‘El Camino’ de Miguel Delibes o ‘Cien Años de Soledad’ de Gabriel García Márquez.

“La palabra literaria es el patrimonio que mejor nos asiste”, planteaba en su pregón el escritor leonés.

“Frente al persistente ruido de fondo que acompaña nuestras vidas y al asedio continuo de la imagen, leer en silencio es hoy un acto de resistencia”, ha asegurado en el tramo final.

Y ya pregonada, la Feria del Libro siguió su curso, ruidosa, alegre y muy lectora.