Ante los retos climáticos y medioambientales que la sociedad habrá de afrontar de forma inminente, parece que en algunos casos son las generaciones venideras las que educan a sus mayores, y no al contrario.
Buena muestra de ello es el reciente proyecto presentado por alumnos del CPR Campo de Níjar Norte y que ha llegado a cruzar las fronteras provinciales para conquistar (y convencer) en la vecina Granada.
En concreto, la 22ª Feria de la Ciencia celebrada en Granada contó con la presencia de dos ideas nacidas y creadas en el centro educativo y que tienen por objetivo la sostenibilidad: un documental grabado por ellos mismos y, además, un proyecto sobre el transporte autónomo.
Documental
Los alumnos han tratado de concienciar a los asistentes de la importancia que tiene el uso de energía renovable para evitar el deterioro del medioambiente.
A través del documental grabado en el centro y que ahora puede verse en YouTube y en la página web del centro, los alumnos tratan de explicar problemas que ya afectan a todos de una manera muy didáctica para que tanto niños como mayores puedan concienciarse sobre la importancia de este tema tan vital.
Con galletas que tenían pepitas de chocolate intentan explicar cómo al obtener recursos minerales, erosionamos y cambiamos por completo nuestro entorno, y lo difícil que es poder reparar toda esa transformación humana que se ha realizado.
Además completaban esta explicación didáctica sobre el impacto de las actividades humanas con una comparativa sobre qué pasaría si utilizáramos energías renovables en vez de las no renovables, para que los asistentes pudieran apreciar de manera muy visual dicha situación, y así animarlos al uso de energía renovable.
El documental que fue seleccionado por los técnicos del Parque de las Ciencias se expuso a los numerosos visitantes del parque hace unas semanas, durante todo un fin de semana en el que el Parque de las Ciencias de Granada contó con los conocimientos de este grupo de alumnos de Níjar.
Transporte
Además, los alumnos presentaron una maqueta de cómo podría ser un sistema autónomo de transporte. Dicho vehículo hacía un recorrido por encima de una línea negra, programándose para ello dos motores para que en ningún momento el robot abandonara dicha línea.
Por otro lado incorporaron un sensor de obstáculos para evitar que el vehículo pudiera ocasionar daños a objetos o personas cuando esté en funcionamiento.
El circuito se completó con tres paradas con el objeto de que los pasajeros de la ruta puedan acceder al vehículo.
Todo ello se programó mediante un ‘software’ específico llamado Mblock, un ‘software’ que permite al alumnado programar de manera muy intuitiva ya que arrastra bloques de colores con los comandos y órdenes necesarias. Así, desde Níjar, se educó (a los mayores) en sostenibilidad y medioambiente.
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