Antonio Najarro casi se despide en Almería del Ballet Nacional

Antonio Najarro (Madrid, 1975) casi que se despide en Almería de la dirección del Ballet Nacional de España (BNE).  Esta ciudad será la penúltima que visite la compañía pública de baile español  con Najarro como director. Sólo le quedarán entonces las cuatro representaciones del Liceo de Barcelona, que concluyen el dos de agosto y que serán su despedida.  Ocho años de febril actividad que el propio bailarín y coreógrafo reconoce que terminan con alguna sombra de nostalgia. “Me voy muy feliz con todo lo que hemos hecho en estos ocho años, pero si soy sincero, tengo la sensación de que comencé el año pasado, porque ha sido todo muy intenso. Pero si que  hay algo de nostalgia, porque me he dejado bastante de mí en esta etapa”.

Cuando se apague el último foco del último día no todo habrá concluido. Najarro seguirá vinculado al arte coreográfico y al BNE, porque, como asegura sin titubear,  “la Danza es mi vida”.  Parte de esa vida quedará plasmada mañana en el espectáculo  que el BNE ofrecerá en el Coso de la Avenida de Vílches. Mientras Antonio Najarro habla en el camerino de fortuna montado en el  patio de caballos, llegan del ruedo las voces y los tableteos del montaje del escenario.

El director del BNE se siente muy agradecido al mundo de la danza almeriense por su insistente esfuerzo para traer a la ciudad a la compañía pública que dirige. Lo que espera Najarro es que el público de Almería se emocione mañana, porque “esa emoción es lo que justifica el enorme esfuerzo que hay detrás de cada representación”.  

Hay un antes y  un después de Najarro en la Danza Española. Su legado ha tenido una vertiente muy importante en cuanto a la visibilidad de la Danza Española, que siempre fue inexplicablemente escasa, pese a que este país cuenta con un legado coreográfico propio, “que es único en el mundo”.

A Najarro se le ilumina la mirada citando todo el extenso e intenso trabajo realizado en su periodo al frente del BNE para conectar la Danza Española con los demás ámbitos de la cultura y el arte.

“La participación de las bailarinas en la pasarela Madrid Fashion Week tuvo una repercusión en imagen valorada en más de 3,5 millones de euros y 50 millones de visualizaciones en internet”, argumenta Antonio Najarro, citando otros campos con los que la Danza se ha fundido, mostrando toda su fuerza como otro elemento más de la actualidad cultural y de los nuevos lenguajes artísticos: la gastronomía, las artes plásticas, la fotografía...

A Antonio no le gusta quejarse, “soy más de acción”, afirma. Lo que si plantea es la necesidad de que la televisión le conceda a la Danza el lugar que le corresponde, “que la trate con calidad”, como sucede en Francia. Y no digamos en Rusia, donde  existen tres canales de Danza, según comenta,

“Si queremos proyectar la Danza entre la juventud, es necesario actualizar su imagen. Se necesita una mente abierta”, asevera el director del BNE, mientras los operarios terminan de convertir la cuadra de caballos de picar en camerino para el cuerpo de baile, con todo los elementos necesarios. Hay mucho trabajo por delante, pero todo funciona como una precisa maquinaria.

Najarro está convencido de que es necesario trabajar en la comercialización del BNE, “en el buen sentido de la palabra”.  Por ejemplo, desarrollando estrategias que despierten interés, como el primer libro para niños sobre Danza Española que se ha publicado o, incluso, un videojuego sobre este tema. Najarro está convencido de que esta faceta de su paso por la dirección ha dejado huella.  

La enseñanza
“La enseñanza de la Danza Española está muy bien en general.  Pero  es necesario realizar mas actividades que promuevan el contacto entre conservatorios, para que todos estén al día en cuanto a  la evolución de la disciplina. Los talleres con creadores actuales son también fundamentales para que los alumnos afronten  el salto al mundo profesional”, explica Najarro, que subraya  la evolución técnica y artística de la Danza Española la cual presenta en la actualidad   un “nivel extraordinario y con creadores que tienen  ideas fantásticas”.