Aquella vez que Tarantino ‘casi’ visita Almería

Corría el mes de junio de 2008 y la noticia revolucionó el mundo cinéfilo almeriense: la empresa de Texas Alamo Drafthouse incluía Almería en su tradicional aventura veraniega: ir a los lugares originales de los rodajes para proyectar las películas. Y, en aquel verano, traían hasta este rincón de Europa la conocida como ‘Trilogía del dólar’ de Sergio Leone, pero con un aliciente especial.

El mismísimo Quentin Tarantino, que era el propietario de dos de las cintas que se iban a proyectar (‘Por un puñado de dólares’ y ‘La muerte tenía un precio’) iba a desplazarse hasta Almería para presentar la proyección de ‘El bueno, el feo y el malo’, que se proyectaría “en el mítico y decrépito Cortijo del Fraile”, tal y como anunciaba el periodista Juan Gabriel García en LA VOZ.

Sin embargo, la alegre noticia solo duró unos días (suficientes como para levantar una oleada de amor por Sergio Leone y el propio Tarantino): el 4 de junio de 2008, la compañía lamentaba anunciar que, finalmente, Tarantino no estaría en Almería.

'Malditos bastardos'

Las labores de preproducción de su próxima película, ‘Malditos bastardos’, se habían adelantado en el calendario, haciendo imposible la presencia del director y amante del cine de Sergio Leone en la provincia de Almería.

No obstante, la proyección no se cancelaría, sino que simplemente perdería algo del brillo de Hollywood que iba a traer el padre de ‘Pulp Fiction’ y ‘Kill Bill’. De hecho, en aquella proyección tuvo un sustituto de altura, aunque patrio: hasta el Cortijo del Fraile acudió el director español Nacho Vigalondo para presentar la proyección de ‘El bueno, el feo y el malo’.

“El cine actual, sin las aportaciones de Leone, sería hoy diferente. Es uno de los padres del cine moderno”, planteaba Vigalondo en su presentación, tal y como recogen las crónicas de aquel verano de 2008.

Antes, ‘Por un puñado de dólares’ pudo disfrutarse en el Cortijo El Sotillo, y ‘La muerte tenía un precio’ se proyectó en la era de Los Albaricoques.

Tras esa visita frustrada de Tarantino, han sido varios los intentos de que el director llegue definitivamente hasta Almería o, al menos, ha sido invitado en reiteradas ocasiones por instituciones como la Almería Film Comission o el propio Ayuntamiento de la capital, que le envió una carta a Tarantino en 2014 para que el director se diera por invitado para conocer el plató natural que es Almería.