Ramón Alba, ‘influencer’ desde Almería

Lograr que estén pendientes de ti y de lo que haces tantas personas como habitantes tiene tu ciudad es un logro difícilmente alcanzable.

Pero el almeriense Ramón Alba va camino de conseguirlo gracias a los más de 160.000 personas que a diario siguen sus publicaciones sobre moda y estilo de vida en la red social de fotografías Instagram. Todo, desde Almería, una ciudad que apenas llega a los 200.000 habitantes.

Seguidores

Los 160.000 seguidores de Alba suponen un número de ‘followers’ capaz de  transformar a un joven de 30 años de la capital, y que trabaja en el negocio familiar de sus padres, en lo que ahora se denomina ‘influencer’, un vocablo heredado del inglés y que viene a significar que es una persona con cierta relevancia en esa realidad ‘paralela’ que son las redes sociales.

Y no cabe duda de la influencia que se le asigna, pues las fotografías y los vídeos que Alba sube a diario a su cuenta de Instagram suman miles de ‘Likes’ o ‘Me gusta’.

Una  fama que le ha llegado con la calma suficiente como para no “creérselo demasiado”, como él dice, y que es fruto de la actividad que realiza desde hace cinco años en las redes sociales, donde cada día sube varias fotos y ‘stories’, vídeos cortos y fugaces, en los que muestra ropa y complementos de multitud de marcas y promociona clínicas dentales y negocios.

 “Comencé porque siempre me ha gustado hacer de modelo en fotografías y, poco a poco, me iban llegando peticiones de marcas para que posase con sus prendas y me dije, pues por qué no sacarle rendimiento”. Así resume el joven su ascenso hasta los 160.000 seguidores actuales.

Unos seguidores que, en muchos casos, querrían llegar a ser como él y, sobre todo, cobrar lo que se supone que cobra un ‘influencer’. Qué, ¿cuánto es?. “Se gana dinero, sí, pero no es tanto como la gente se piensa, aunque está claro que decir que puedo cobrar unos 600 euros por un post, que recibo ropa gratis, que voy a algunos sitios y me invitan o que incluso me paran por la calle para pedirme una foto, es un auténtico privilegio.

Pero no me da para decir no trabajo más en el negocio de mis padres, y allí que voy todos los días”, explica sonriente Alba con la serenidad del que tiene lo que muchos ansían sin haberlo buscado a conciencia. Porque esa ha podido ser su suerte, no ansiarlo, simplemente, dice, ser él mismo. “Y eso le ha gustado a la gente”.