Compás en el homenaje a Fermín Fernández

Una silla vacía, iluminada con el cañón de luz principal del Auditorio. 

De pronto, comienza a sonar la grabación de un taranto inolvidable. 

Es la voz de Fermín Fernández, el cantaor almeriense que, con solo 15 primaveras, fallecía en abril del pasado año, dejando un vacío difícil de superar. En primavera. 

Y quisieron una veintena de artistas, en la noche del pasado viernes, rendirle un nuevo homenaje póstumo con lo que a él le apasionaba: el flamenco. 

Ese flamenco de siempre, el que se estudia de los viejos cantaores, el que tiene su raíz en esa tradición indeleble que sigue como una constante para que las nuevas generaciones no se pierdan demasiado entre las moderneces de las tendencias musicales que no deben ocultar las raíces y la tradición.

Fue una velada difícil para todos los participantes y los presentes, de pocas pero de muy sentidas palabras. 

Destacaban en el sonoro Auditorio Maestro Padilla las pronunciadas por la cantaora Antonia, que señaló: “Los cantes que voy a echar los hago por el niño de los ojos grandes, como yo lo llamaba”, recordaba emocionada la cantaora almeriense. 

Música

Emocionantes también los versos presentes en la letra creada para la ocasión por un histórico como Juan El Pirri, en unos tientos donde decía que Fermín Fernández estaba en el cielo cantando con Camarón, nada más y nada menos. 

Sobrecogedor fue también poder ver a su familia, Rafa y Juan Fernández, y también su hermana, cantando y bailando en un escenario que recibiría una gran foto gigante de Fermín en el siempre agridulce fin de fiesta, cuando esta se realiza por la ireemplazable ausencia de alguien que se nos fue en plena juventud.

Heredia

Entre la emoción, los sentimientos y el propio espectáculo flamenco, la del pasado viernes fue una noche larga. 

Arrancada por Juan y Rafa Fernández, por bulerías y tangos. Después, el habitual trío que forman Cristo Heredia, Edu García y Antonio García el Genial, quienes cantaron por alegrías veloces, a sabiendas que ellos serían los que acompañarían a las bailaoras. 

Antes de la salida de Inka Díaz, Ana Alonso e Isabel Ramírez, que ofrecieron uno de los mejores momentos artísticos de la noche, especialmente por soleás, como el Titi que hizo una entrada por tangos de las que cortan en el aliento, y el Pirri sacaría su jondura por tientos y fandangos. Espectáculo y arte.

Que no pare Y el mejor homenaje posible, cantar y bailar en la memoria de Fermín, no acababa.

Tras el descanso, el Tarasco se arrancaría por bulerías y fandangos, Antonia por tangos y uno de los temas de su último disco. María La Rabota demostraría su maestría por bulerías y, para terminar, antes del fin de fiesta, Pedro El Granaíno ofrecía una muestra de su excelente estado de forma con unas afinadísimas seguiriyas y unos arrebatados fandangos que cautivaron al público del Auditorio Maestro Padilla.

Fermín Fernández no puede estar más orgulloso. En la noche del pasado viernes, todos los corazones latieron al compás en su honor.