"Leer un folletín es como ver noticias en un escenario de teatro". Así define la periodista almeriense Mar Abad el espíritu que recorre 'El folletín ilustrado' (Lunwerg Editores, 2019), libro que acaba de publicar junto al ilustrador Buba Viedma. Una recopilación de "historias cortas, juguetonas y sencillas" inspiradas en los folletines que abundaban en la prensa de finales del XIX y principios del XX y dedicadas a medio centenar de personajes, que se mueven entre la "ejemplaridad y el esperpento".
Se trata de una versión ampliada de la sección homónima de la revista 'Yorokobu' -publicación que tiene en Abad a una de sus fundadoras- cuya filosofía no está solo en "recuperar una narrativa que consiste en contar noticias con suspense, dramatismo y emoción", sino en desentrañar el alma de los protagonistas de los relatos también desde la ilustración. "Un folletín puede tener tanto rigor como una noticia aburrida, la dramatización no le quita veracidad y la hace muchísimo más interesante y entretenida", indica a LA VOZ la periodista.
Requisitos para formar parte de un círculo selecto
Pero, ¿qué requisitos tienen que cumplir los personajes para ser dignos de formar parte de este selecto círculo? "Tienen
que ser ejemplares (por su inteligencia, su aportación a la historia, su
bondad…) o esperpénticos (en los personajes grotescos también encontramos
ejemplos de lo que no deberíamos ser nunca). Y como la esencia del
folletín es que sea un texto teatralizado, siempre buscamos escenas sorprendentes o hechos novelescos", apunta.
Los
almerienses Nicolás Salmerón, presidente de la primera República que dimitió al negarse a firmar una pena de muerte, y Carmen de Burgos, primera mujer en incorporarse a la redacción de un periódico, aparecen por derecho
propio en esta suerte de galería. "Carmen de Burgos es inabarcable, hizo
tanto en el periodismo, tanto por la cultura, por la libertad de la
mujer, por la ilustración de la ciudadanía, que merece un
folletín-enciclopedia solo para ella. Pero como había que escoger algo,
hablamos de su oposición a la guerra y destacamos que fue la primera mujer periodista corresponsal de guerra de la prensa española", señala con fascinación Abad.
Cuenta Buba Viedma que cada vez que entregaba una ilustración a la redacción de 'Yorokobu' era un poco más sabio porque la original forma de abordar las biografías que tiene Abad despierta el gusanillo por seguir investigando. "Normalmente abordo los textos de Mar como un lector más, que sabe poco o nada del personaje. Cuando comienzo a documentarme sobre él, a veces, incluso siento pereza de ponerme a dibujar porque prefiero seguir aprendiendo... pero claro, hay que avanzar en el proyecto y no siempre puedo recrearme en esa parte tanto como me gustaría", confiesa el ilustrador.
Según explica, siempre intenta que sus creaciones vayan más allá "de ser un mero adorno del texto, contando otra historia en paralelo para que el lector entienda que el personaje no termina en esas páginas, que hay mucho más y que merece la pena dedicarle un rato a conocerlo más en profundidad".
Para todos los públicos
'El folletín ilustrado' es un libro para todos los públicos. Para pasar un buen rato mirando las ilustraciones y descubrir lo que está contando el folletín además de lo que aparece en el texto.
"Me gustaría mucho que lo leyeran adolescentes y niños. Tengo una obsesión, una obsesión grande: que estos personajes que pusieron las bases de nuestra cultura actual no se olviden. En el colegio y en la universidad yo aprendí sobre los fenicios, los griegos, los romanos… Pero hasta hace unos años no conocía a Carmen de Burgos ni a Nicolás Salmerón. Morí de rabia. ¿Por qué me enseñaron en el colegio quién era Carlos II, esa figura que no afecta nada, nada de nada a mi vida, y no me enseñaron quién era la mujer que se dejó la vida y el pellejo para que yo hoy pueda votar, me pueda divorciar y pueda hacer algo más en la vida que un guiso de garbanzos? Ella es, por supuesto, Carmen de Burgos", concluye.
¿De dónde nace la idea?
Este catálogo de personajes ilustres narrado con el estilo de un folletín parte de la fascinación. "Hace cinco años
empecé a leer periódicos de finales del XIX y principios del XX en la
hemeroteca del Ateneo de Madrid. Pasaba horas y horas alucinada con sus
historias y su forma de contarlas. Sobre todo, con los folletines. ¡Eran
mejor que Netflix!", relata Mar Abad.
Mientras leía absorta en el hemeroteca, la almeriense buscaba cuanto tenía que ver con uno de sus periodistas más admirados: Manuel Chaves
Nogales. "Él escribió la biografía del torero Juan Belmonte en 25
capítulos publicados en la revista ‘Estampa’ y los llamó
‘folletín-reportaje’. Cuando vi ese nombre, me entró la impaciencia: hay
que hacer algo con esto ahora mismo. Pero como me apasiona la
ilustración, y me apasiona trabajar con Buba, lo convertimos juntos en
‘folletín-ilustrado", recuerda.
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