“Colgaré la toga el día que deje de implicarme emocionalmente en mis casos”

Entrevista con la abogada de familia Estefanía Molina

Estefanía Molina en su despacho del Paseo de Almería.
Estefanía Molina en su despacho del Paseo de Almería. La Voz
Marta Rodríguez
07:00 • 13 oct. 2019

Estefanía Molina montó su propio despacho a los 27 años, con apenas cuatro de experiencia y la firme convicción de que el Derecho de Familia era lo que la llenaba. Especializada en violencia de género, menores conflictivos y divorcios -ámbito en el que ha implantado un sistema pionero, la parentalidad positiva-, confiesa llevarse a casa los problemas de sus clientes.



Montó su despacho siendo muy joven, ¿le costó que la tomaran en serio por ser además una mujer?
Hubo trabas, críticas, suspicacias. Algunos me dijeron que era temeraria y que, siendo mujer, este mundo me iba a comer si montaba un despacho sola sin ningún socio. Y aquí estoy, entera todavía, con algunas cicatrices, pero luchando incansablemente cada día por defender mi profesión y sin parar de aprender.
Me siento afortunada, y mis clientes siempre me han tomado en serio a pesar de mi juventud. Valoran los resultados, obviamente, pero también cómo se han sentido durante el proceso judicial y el trato que les has dado.

Está especializada en divorcios. ¿Uno deja de creer en el amor tras ver en qué puede degenerar?
Lo cierto es que yo tenía una visión mucho más romántica del amor a los dieciocho y ahora, catorce años más tarde, muchos de ellos dedicándome a las rupturas de pareja, tengo una visión mucho más práctica y más realista quizá, pero más auténtica, y sin duda sí que creo en el amor, y creo en las relaciones firmemente aunque el modelo de pareja haya cambiado y ahora sea más volátil, debido a que la vida ahora es más rápida.

Su despacho ha sido pionero en Almería a la hora de aplicar la llamada parentalidad positiva, ¿qué es?
Significa reeducar a los padres a nivel emocional y psicológico, así como social, durante el proceso de ruptura, para limitar el sufrimiento que la situación puede infringir en la familia y en los niños.




Para todos los profesionales que colaboran con el despacho lo más importante es mantener a los niños al margen del conflicto, no aceptar bajo ningún concepto la inclusión de los menores en el proceso judicial salvo que sea estrictamente necesario, y esto lo conseguimos a través de la reeducación parental.




La realidad es que un divorcio es uno de los momentos más traumáticos a los que se enfrenta una persona en su etapa adulta, se asemeja a los procesos de duelo.  

En Instagram hace sus pinitos como ‘influencer’ de moda. ¿Es importante la imagen en su ámbito?
En absoluto siento que influyo en nadie. La realidad es que tengo un perfil personal cerrado al público  donde comparto lo que me gusta en el poquísimo tiempo libre que tengo, pero sí, la imagen es muy importante en mi trabajo. Yo no concibo presentarme ante un tribunal en vaqueros, me parece una falta de respeto hacia la profesión.




Violencia de género, menores conflictivos. ¿Consigue no implicarse emocionalmente en los casos?
El día que deje de implicarme emocionalmente, colgaré la toga, porque eso será sinónimo de que mi trabajo ya no me interesa, que mis clientes ya no me importan lo suficiente y que en cierta medida me da igual lo que les ocurra.




Los que me conocen a nivel personal y saben lo que sufro por mis clientes siempre me dicen que me implico demasiado, y que debería tomar distancia, pero es que no conozco otra forma de trabajar. Defiendo vehementemente a mis clientes porque creo en su historia, porque quiero ayudarles y porque si lo hiciera de otra manera, no sería yo.




Hay días que son durísimos  y me llevo a casa todas las emociones negativas que me han transmitido los clientes, pero también hay días en los que esas emociones que me llevo a casa son buenísimas, y en eso consiste, en que se vayan compensando unas y otras.

¿Se ha enfrentado a algún divorcio en el que finalmente los afectados se hayan dado otra oportunidad?
Sí, en muchísimas ocasiones. En primer lugar porque cuando llega un cliente, antes de trazar una estrategia judicial, primero intentamos sacar toda la información sobre sus sentimientos, intentamos averiguar si están seguros del paso que van a dar, y muchas veces nos encontramos con parejas que lo que único que necesitaban era una terapia.




Por estas cosas creo en el amor también, porque veo a diario que cuando dos personas se quieren y tienen capacidad para empatizar y se despojan del orgullo o de sentimientos dañinos, pueden superan grandes crisis.

¿De qué se siente más orgullosa?
Lo que más me enorgullece es haber conseguido ayudar a personas. El contacto con la gente me gusta muchísimo y creo que no podría haber elegido un trabajo que me permitiera desarrollarme personal y profesionalmente tanto como este.


Me enorgullece haber conseguido establecerme y haberme rodeado de grandes profesionales. Y contar con el apoyo incondicional de los míos, que entienden mis ausencias y mis horarios imposibles.


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