Es doctor en Ciencias Sociales y Humanas, y la tesis la hizo sobre guitarra flamenca. “Es lo que vengo estudiando desde hace ya muchos años”, dice. “Y seguiré, pues aún queda mucho, como se ve en este libro...”.
Pero, veamos, ¿cuál es el papel de Arcas en la historia de la guitarra?
Arcas es, digamos, el guitarrista mas importante de una época fundamental para la guitarra. El referente, el que la hace evolucionar y la transforma, en el siglo XIX. Mira, la guitarra española, como la llamaban en la época barroca, siglos XVII, XVIII, era una guitarra de órdenes, es decir, de cuerdas dobles. Era mas pequeña, no había tanta calidad en su sonido, y tenía una función de acompañamiento, sobre todo. Y al final del siglo XVIII, hay una serie de guitarristas que dicen que hay que convertirla en un instrumento de concierto, equiparable al violín o el pianoforte, que eran los instrumentos de referencia en la época. Entonces, se pasa de las órdenes a las cuerdas sencillas, y se fijan los trastes, pues se busca un instrumento bien afinado para tocar la música de la época. Aguado lo busca, y en la primera mitad del XIX desarrolla la técnica virtuosa para tocar esa nueva guitarra.
Fue una revolución.
Sí. Y en el estilo rasgueado también hay un guitarrista, Trinitario Huerta, que es el referente del guitarrista romántico, amigo de Berlioz, de Rossini… Entonces, tienes estas dos corrientes, pero aún no tienen el instrumento. La prensa lo dice: ¡Qué instrumento tan ingrato, no suena en las salas de concierto..! Hay un nuevo público, nuevos espacios. Hace falta otro instrumento. Y ahí es donde llegan Torres y Julián Arcas. Arcas es el primero que cuenta con el instrumento que le permite dar el salto y desarrollar todos los registros de las seis cuerdas. Y une, sobre esto, los dos estilos. Fue una colaboración entre Torres y Arcas.
Y ambos de Almería.
Es curioso, no son de Almería, ambos son de la periferia. Torres, de La Cañada, y Arcas, de María. Arcas nace en una familia de melómanos. El padre era guitarrista aficionado, ve que era un niño prodigio, y cuando tenía 12 años se van a Málaga, a ver a José Asensio, un discípulo directo de Aguado. Y cuando Huerta pasa por Málaga, lo escucha y le dice: “Tienes que dedicarte a la guitarra, eres un superdotado”. Lo anima, y Arcas se va a Madrid, y escucha a Antonio Cano, a Tomás Damas... Allí destaca tanto que es el protegido del duque de Montpensier, que estaba establecido en Sevilla, y baja a Andalucía. Ahí es donde ya encuentra a Torres...
¿Y qué se aportan?
Buscaban un sonido. Una calidad, una expresión romántica y sentimental que se daba con el violín, o el piano. Torres consigue darle a la guitarra un sonido que ha sido insuperable, hasta ahora. Y Arcas fue su referente. Y el de todos. En mi libro lo documento: incluso, a principios del siglo XX, todavía los guitarristas, sobre todo los flamencos, para que les escucharan tenían que decir que hacían variaciones de Arcas.
¿Qué tocaba Arcas?
Había tres tipos de repertorio en esa época. Había arreglos de ópera, y zarzuela, la música que estaba en boga en ese momento, aires de Verdi, de Rossini... Luego toca piezas de salón, de moda también en el mundo burgués, romántico: mazurcas, rigodones... Y lo interesante, lo novedoso, es el repertorio nacional, particularmente los aires andaluces. Los guitarristas lo referían como ‘El Andaluz’, pues él reclamaba, y llevaba con su música, la identidad andaluza. Los aires que adapta son, sobre todo, música popular andaluza. Por eso, Julián Arcas es, digamos, el primer guitarrista pre-flamenco del ámbito académico.
Nada menos.
Es el primero que coge los aires andaluces, populares, y los hace grandes. Los arregla con las guitarras Torres y los toca en concierto. Y… Huerta ya lo hacía, pero Arcas, en los conciertos, siempre terminaba con esto, y la gente, bueno... Música andaluza, tan bella, tan bien arreglada, y con aquellas guitarras… La gente se identificaba con ella. Formó parte de la creación de una identidad nacional en la época.
Pero había ya guitarra flamenca, ¿no?
La tradición rasgueada... Pero eran guitarristas anónimos, la mayoría cantaba y tocaba, no era… En el flamenco, mira, Paco el Barbero, un guitarrista muy importante, da concierto en 1884, y en el programa, la mitad son obras de Arcas. Y Paco de Lucena, otro fenómeno, también tocaba obra de Arcas. Y Tárrega, los primeros temas que compone son en esa estela. Eso en la guitarra clásica flamenca. Miguel Borrull, luego Ramón Montoya… Arcas es el primer poso de la guitarra flamenca de concierto.
Esta es una línea de investigación poco estudiada: ver lo que Torres y Arcas aportaron al flamenco. Porque no solo les tocó vivir la emergencia del flamenco como género profesional, sino que contribuyeron, ambos, a que adquiriera la dimensión artística que tiene. Y si hoy el flamenco es tan internacional, tan reconocido, y tiene tanta calidad, en parte fue porque hubo, en un momento dado, un virtuoso como Arcas con esa sensibilidad por los aires andaluces, y un constructor como Torres, que respondió y encontró esa guitarra popular, nacional, y la hizo un instrumento de concierto.
¿Y cómo tocaba Arcas, cómo era su estilo?
Por lo visto, era un músico muy sensible, en la estética romántica de sacar un sonido expresivo. Él busca expresar los sentimientos, los recursos técnicos, en los que luego Tárrega da un paso mas, como la imitación del sollozo, el lamento… También, como se quería demostrar que la guitarra era capaz de imitar una pequeña orquesta, imitaba el sonido de otros instrumentos, el fagot, el clavicordio… Pero yo creo que el legado que ha dejado Arcas está mas en lo expresivo, gracias a las guitarras de Torres.
Y, por supuesto, tenía un sonido muy limpio, muy conseguido, muy justo. Era un virtuoso. ¡Es que era época de virtuosos! Arcas competía con los mejores instrumentistas, y para asombrar al público, tenías que ser un fuera de serie. Y él tenía eso. Pero luego también lo expresivo... Yo creo que era un músico romántico, finalmente.
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