Entiende la música como un oficio artesanal al que ha dedicado media vida y su hábitat es la sala de conciertos. Comprometido con las causas “tangibles y directas”, Antonio Álvarez tiene en Pechina un lugar al que volver. Aunque está afincado en Granada, no pierde la conexión con Almería, ciudad donde actuará el 29 de diciembre.
Lleva media vida dedicado a la música y entiende este oficio casi como algo artesanal, ¿mantiene intacta la ilusión?
Sin ilusión uno no haría música, es la gasolina que te permite ser un corredor de fondo en esto. Conforme mas mayor eres te das cuenta que lo único importante es el próximo concierto o canción. Pequeñas metas volantes en un largo tour por el que has visto a muchos bajarse. Seguir ahí es la cuestión.
Su hábitat como cantautor es la sala, ¿qué le aporta?
Sin duda la inmediatez, la capacidad de susurrar el oído del escuchante. Un concierto íntimo tiene la virtud de lo doméstico, del cantar cercano y cómplice, aunque la faceta cantautora es solo una de las caras de mi poliedro musical. Ahora mismo también funciono con una banda rock en Granada, Beach Hotel, y con los Beatles Connection.
Es fan de Quique González y este acaba de publicar un disco con letras de Luis García Montero. ¿A qué poeta le gustaría poner música?
De primeras a ningún nombre conocido. Cualquier contemporáneo que brindara su lírica para musicar, me entusiasmara, y sobre todo me encantaría que fuera poetisa: sería todo un reto amplificar perspectivas. De los consagrados, Luis Alberto de Cuenca lleva muchas décadas escribiendo poesía y letras de canciones para muchísimos artistas, pero Loquillo se me adelantó. (Risas).
¿Cuáles son los colores y los olores de su infancia en Pechina?
Mi infancia está repartida por varios lugares, pero Pechina son mis gloriosas vacaciones, y al lugar donde siempre vuelvo. De Pechina permanece inmutable el azahar y la luz. Cielos azules como los de Almería en muy pocos sitios.
Se dio a conocer a través de concursos para aupar a jóvenes talentos, ¿están desapareciendo con la irrupción de YouTube?
Bueno, durante unos años me moví en concursos de canción de autor nacionales. Estuve en casi todos los importantes como finalista, nunca ganador. (Risas). Lo de competir no me atraía demasiado, había verdaderos profesionales de los concursos, pero era una forma de mostrar mis canciones. Con mi vieja banda rock Plancton de Pechina también rodamos por concursos, alguno ganamos.
Los jóvenes talentos ahora se mueven por redes, y muchos quedan atrapados. Hay vida tras la red.
Es un artista comprometido; si escribiera una canción sobre la situación política, ¿cómo la titularía?
Mi compromiso es con causas que considero justas. En febrero tocaré para la Asociación Española contra el Cáncer y he colaborado para la Fundación Vicente Ferrer varias veces, con ANDA. Me muevo por ahí. Los compromisos que invocan revoluciones e involuciones me dan ardores. Prefiero causas tangibles y directas, para esas siempre estoy disponible si la agenda lo permite.
Una canción sobre la actualidad la titularía ‘Intolerancia’, como la película de D.W. Griffith.
Ha trabajado en el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) de Granada, ¿teme la irrupción de Vox?
Por lo que yo sé, ese partido que nombra no gobierna, y los que gobiernan no pasarán determinadas rayas rojas. Estaremos alerta de todas formas, porque con la igualdad y la violencia de género no se juega. Aún así, en anteriores legislaturas se eliminaron ayudas de emergencia, por ejemplo, y nadie alzó la voz… La política se ha vuelto muy sucia, creo que necesitamos sensatez y moderación a derecha e izquierda, porque el totalitarismo se viste un día con gomina y otro con coleta. Soy un escéptico, pero no pierdo la esperanza.
Vive en Granada, donde van a abrir un centro de interpretación de la canción de autor. Cuando lee estas noticias, ¿mira a Almería con pena?
Este centro es un proyecto que el cantautor Juan Trova ha llevado a cabo. Un grupo de amigos empujamos la idea y esperamos que la historia crezca. Almería tiene unas potencialidades y Granada otras. Las comparaciones son odiosas. Se trata de que cada sitio mire su legado cultural, su capacidad económica y hacia donde quiere apostar.
¿Qué puede aportar que haya un músico al frente de Cultura?
Si me preguntas por Diego Cruz en Almería, me parece muy valiente. Lleva toda la vida peleando la música, y se conoce desde los recovecos palaciegos a los ‘underground’. Alabo su valentía, más cuando a veces se deja caer eso de que la sensibilidad con la cultura es más de izquierdas.
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