Doce ventanas a otra dimensión en el calendario de LA VOZ y Antonio J. García

Lo que a simple vista puede parecer un objeto de oficina esta Navidad se reinventa hasta convertirse en una ventana a otra dimensión. O más bien doce ventanas, las que LA VOZ y el fotógrafo almeriense Antonio Jesus García ‘Che’ abren a los lectores de este periódico a través de un calendario de mesa para 2020 que se regalará con el diario este domingo 29 de diciembre para ser observado y evadirse.

El efecto que el calendario ha de producir en su dueño es completamente buscado. No en vano, el artista ha seleccionado doce imágenes en blanco y negro de su archivo con el osado propósito de que estas “aguanten la mirada durante un mes entero”. Y no solo eso: más allá de convivir diariamente en el escritorio de cada uno, deben servir como “válvula de escape”, una “ventana a otra dimensión”.

El carácter heterodoxo de la fotografía de Che se traslada al calendario porque la idea es que estas instantáneas de Almería sean la cara B de ‘Multiversos’, la exposición que el creador colgó en septiembre de las paredes del Museo de Arte de Almería. “Aquí no hay apenas presencia humana, es un experimento hacia la abstracción que parte de composiciones más complejas. Yo siempre invito a la reflexión, no son imágenes de consumo rápido, huyo de esas instantáneas mega bonitas que aburren; persigo que se haga el esfuerzo de verlas”, explica.

De hecho, estas fotos son en realidad bocetos de fotos, caminos que Antonio Jesús García emprendió hasta encontrar la imagen que buscaba y que podría retomar en cualquier momento. Parte de una búsqueda que nos interpela.

El fotógrafo -que sigue los pasos de Carlos de Paz y Rodrigo Valero, autores de los calendarios de 2018 y 2019- ha buscado en algunos casos una correspondencia entre la instantánea en cuestión y el mes que ilustra. Una conexión que puede estar en la fecha en que fue captada, en el tipo de luz o en elementos numéricos, de modo que en marzo, tercer mes del año, tres asientos aparecen en mitad de ninguna parte en el entorno del Mesón Gitano y en abril, cuatro ventanas permiten divisar el horizonte a través de una pared abandonada.

Con originales encuadres y sugerentes títulos, enero es un paisaje nevado de Calar Alto, diciembre una bola gigante de Navidad, junio una estampa del desaparecido Toblerone, agosto un avión que surca el cielo de Almería y septiembre un parque infantil visto a contraluz un atardecer.