La niña que quería saberlo todo y ahora trabaja en la ‘casa del futuro’

La catedrática Pilar Martínez Ortigosa compagina su actividad docente con la investigación

Pilar Martínez Ortigosa junto a un supercomputador de la Universidad de Almería (UAL).
Pilar Martínez Ortigosa junto a un supercomputador de la Universidad de Almería (UAL). La Voz
Marta Rodríguez
07:00 • 11 mar. 2020

Desde niña ve la vida entre fórmulas matemáticas. Pilar Martínez Ortigosa (Madrid, 1971) llegó a los tres meses de nacer a la tierra del indalo, donde su infancia y juventud no hicieron sino confirmar su predilección por las ciencias. Y una profesora de Física en el instituto hizo el resto. La mente curiosa que quería saber el porqué de las cosas ya tenía claro que nada ni nadie la pararía. Ni los consejos de que se hiciera maestra o enfermera que, todo hay que decirlo, nunca vinieron de sus padres. Se dedicaría a la docencia, a enseñar Informática. Lo que aún no sabía es que lo haría en la Universidad de Almería (UAL).




En la mirada de Pilar sigue brillando esa luz que solo se da en aquellos que consiguen dedicarse a su vocación. Desde su despacho en la primera planta del Edificio Científico Técnico (CITE III) del campus de La Cañada, esta catedrática en Arquitectura y Tecnología de Computadores repasa sus años universitarios frente a un pequeño ordenador portátil que, a todas luces, se antoja insignificante ante los conocimientos que alberga su dueña.




Cambios en el campus
Ortigosa estudió en Granada, pero se vino a la UAL a hacer el doctorado. Aquí empezó a dar clases como becaria y, aunque entonces no era plenamente consciente de la transformación que estaba experimentando el campus -de colegio universitario dependiente de la ciudad de La Alhambra a universidad de pleno derecho-, ahora sí es capaz de valorar que las cosas se hicieron bien.




“Cuando llegué, todos estábamos en el edificio central, el único que había. A nivel de infraestructuras, hemos pasado de eso a todo lo que tenemos ahora: aulas, laboratorios y servicios técnicos. Y luego en titulaciones, al ser un campus pequeño, se cuida mucho la acreditación de los títulos. Además, somos pioneros en firma digital y procesos telemáticos”, indica.




En la actualidad, imparte tres asignaturas en los tres primeros cursos del Grado en Ingeniería Informática y una en el Máster en Tecnologías y Aplicaciones en Ingeniería Informática. El hardware del computador, el sistema binario, los circuitos básicos y las puertas lógicas que, al final, construyen un procesador constituyen algunos de los temas que aborda cada día. De la tecnología hasta el interior de una CPU y la interconexión; y, sobre todo, el llamado Internet de las cosas.




El Internet de las cosas
Estudiar el Internet de las cosas -concepto que se refiere a una interconexión digital de objetos cotidianos con internet- está llevando a construir una ‘smarthome’ en la UAL. “Recuerdo estar viendo presupuestos de muebles en Ikea; afortunadamente, al final la Universidad se está haciendo con el mejor mobiliario y ya tenemos persianas que se suben y se bajan automáticamente y todo controlado desde el ordenador de cara a que los alumnos hagan sus prácticas; tiene más entidad de lo que pensábamos en un principio”, cuenta orgullosa Pilar Martínez Ortigosa.




La implantación de esta ‘smarthome’ está animando a los estudiantes a hacer trabajos de fin de grado y de máster relacionados con el tema. Con sensores de presión y todo monitorizado, permite tomar decisiones inteligentes. “La idea de futuro es analizar esos datos y, a partir de ahí, sacar conclusiones y emprender actuaciones con la intención de aplicar la inteligencia artificial. Está pensado para poder ayudar, por ejemplo, a personas con discapacidad o falta de movilidad, de modo que se genere una alerta en caso de que no siga su rutina. Al final es ir construyendo la casa del futuro”, sostiene.




Entre las ventajas de estudiar en la Universidad de Almería, la catedrática no duda a la hora de destacar la cercanía con los alumnos. “En nuestro grado han aumentado el número de matriculados y cada vez son más los que deciden completar su formación con el máster, que aún está en sus primeras ediciones”, señala.


Faceta investigadora
Por si su actividad docente no fuera suficiente, Pilar Martínez Ortigosa forma parte del Grupo de Investigación Supercomputación-Algoritmos, con 25 años de historia. A través del mismo, utilizan diferentes recursos para resolver problemas en menos tiempo o imposibles de solucionar en una sola CPU.


Así, entre los proyectos que tienen ahora encima de la mesa hay una aplicación que permite la localización competitiva de recursos para saber, por ejemplo, el sitio idóneo para abrir un supermercado en una zona donde se ubican otros. También otro que trata de solventar los problemas de optimización de la Plataforma Solar de Tabernas y arrojar luz acerca de dónde ubicar los heliostatos para obtener la máxima eficiencia. “En el caso de que hubiera nubes, se organizaría todo de manera automática, es una tesis que acaba de defenderse”, sostiene la catedrática.


Algoritmos que determinan los contagios y los muertos del COVID-19
En el campo de la salud, y ahora que la epidemia del coronavirus es causa de desvelo para muchos españoles, desde el Grupo de Investigación Supercomputación-Algoritmos de la UAL en el que se integra la catedrática Pilar Martínez Ortigosa, y en coordinación con la Universidad Complutense de Madrid, han desa­rrollado unos algoritmos que determinan cuántos contagios y muertos ocasionaría una posible epidemia de ébola.


“Ahora se está adaptando al COVID-19, con la diferencia de que en el ébola los muertos eran fuente de contagio y en el coronavirus no”, mantiene  Martínez Ortigosa en una entrevista concedida a LA VOZ.

También, en ese mismo ámbito sanitario, la Junta de Andalucía ha aprobado a este equipo almeriense un proyecto que permite el descubrimiento de nuevos fármacos a través del cribado virtual, de modo que se podrían evitar, por ejemplo, algunos temidos efectos secundarios.


Hay unas bases de datos gigantes y buscamos aquellos que más se parecen. Resulta muy costoso compararlos y orientarlos para buscar la máxima similitud entre ellos. Luego todo tiene una aplicación práctica y contactamos con laboratorios farmacéuticos para que ellos lo comprueben”, explica.


Las matemáticas están en todo, los informáticos a veces no quieren verlo, pero son básicas para resolver lo que nos rodea”, defiende Pilar Martínez Ortigosa llevando a su terreno las que son sus dos pasiones: la informática y las matemáticas.


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