La Adelantada
Doña Mencía Calderón (Medellín, Badajoz, 1514-Asunción, Paraguay,1564) era hija de hidalgo. Se casa con un viudo con hijos, pariente de Hernán Cortés, Don Juan de Sanabria, rico caballero muy influyente en la corte, que consigue ser nombrado Adelantado en Paraguay. Con este puesto se asumía el gobierno de una región en el Nuevo Mundo, en este caso en el Río de la Plata, con el compromiso de llevar una expedición desde España y consolidar la población, fundando dos ciudades. Y todo ello pagado con su dinero. El Adelantado compraba las naves, contrataba a la tripulación y a los soldados pertinentes para llevar a cabo su aventura. El pueblo con un oficio se apuntaba a estas expediciones: carpinteros, herreros, sastres o labriegos eran apreciados como parte del pasaje, pero ellos tendrían que pagarse el sustento durante la travesía, que en este caso se calculaba de nueve meses.
Cambio de planes
Y sucedió que, entre la firma de las capitulaciones de don Juan de Sanabria con el Rey Carlos I en 1549 y la organización de la expedición, se muere el caballero. Entonces el primogénito del primer matrimonio de don Juan, Diego de Sanabria, de 17 años de edad, hereda la encomienda. El muchacho no mostró ninguna prisa por llevar a cabo las obligaciones heredadas de su padre, por lo que la viuda, aburrida de esperar, decide emprender la hazaña ella misma con 36 años, sus tres hijas y tres de las naves encomendadas a tal empresa.
Nuevo Mundo, vida nueva
Doña Mencía parte de Sanlúcar de Barrameda el 10 de enero de 1550 con trescientas cincuenta personas a su cargo, de las cuales cincuenta eran doncellas casaderas destinadas a emparejarse con caballeros de ultramar. Queda con su hijastro en encontrarse en la costa de Santa Catalina (hoy sur de Brasil) y el resto de las naves. Tres meses de navegación los llevaron hasta Las Palmas de Gran Canaria, donde cargaron provisiones. Una fuerte tormenta les obligó a desviar la ruta por el Golfo de Guinea, con tan mala fortuna, que dos de las tres naves desaparecen. Los piratas franceses atacan al resto y les despojan de todo. El mal estado de la mar, la hambruna y la falta de higiene empiezan a pasar factura a los supervivientes. Muere una de las hijas de doña Mencía. Volver a España no era opción, además habían vendido todos sus bienes. El cronista germano que documentó el viaje dice que en esta expedición las mujeres fueron determinantes en todo momento, no andaban precisamente desmayadas en sus camarotes con el corsé apretado. Ellas cosieron velas, cocinaban, apilaban maderas, participaban así en todas las actividades. En la Isla de Annabon, situada en el Golfo de Nueva Guinea, estuvieron retenidos más un año por su gobernador, acusando a Doña Mencía de mandar correos conspiratorios
Llegada a América
En 1552 la expedición con cuarenta doncellas y niños, más ochenta hombres, llegan a Santa Catalina. Pero eso no quería decir que estuviesen a salvo, los nativos eran antropófagos y doña Mecía decidió seguir con sus doncellas a pie en dirección a la ciudad de Asunción, situada en el corazón de Paraguay, unos 1300 kms. Otra parte de la expedición quedó a cargo de rehacer una nave nueva con los restos del naufragio para alcanzar el objetivo por senda fluvial. Era también 1552 cuando su hijastro decide salir desde Sevilla con el resto de la expedición para encontrarse en el Nuevo Mundo con su madrastra. Dicen que tuvo mejor travesía que su Adelantada, pero, frente a las hoy costas de Venezuela, naufragaron. El muchacho se salva y se queda en la ciudad de Potosí, después de patalear ante la corte de las Españas para ser nombrado Adelantado sin éxito.
El viaje tierra adentro
La vicisitudes se sucedían sin tregua: el hambre, los indígenas, los piratas, las cordilleras y las propias disputas entre los supervivientes, hicieron pensar en muchas ocasiones a doña Mencía que nunca lo conseguirían. Cuando estaban a 50 kilómetros de Asunción, las gentes de la ciudad tienen noticia de que se acercaba una expedición, con muchas mujeres, que llegaba después de haber atravesado la selva y salieron a recibirlos. Les ofrecieron caballos y carros para salvar el último tramo del camino, pero doña Mencía se negó. El 15 de agosto de 1556 entró la Adelantada en Asunción, seis años después de haber salido de Sanlúcar, caminando por su propio pie. Y con ella las 21 mujeres y 22 hombres que la habían seguido a través de medio mundo. Sus dos hijas se casaron con señores del lugar cumplieron así la misión encomendada. La Adelantada por excelencia, Mencía Calderón, murió con el deber cumplido en 1564.
Un libro curioso
El cronista alemán Hans Staden, gracias al cual conocemos la mayor parte de estos hechos, fue secuestrado por los indios tupinamba, pero consiguió escapar y fue rescatado por un barco francés dos años después. De regreso a Europa escribió y publicó en 1557 lo que sería un éxito de ventas, con un título que no debía caber en la portada: Verdadera historia y descripción de un país de salvajes desnudos, feroces y caníbales, situado en el Nuevo Mundo, América.
Y sí, se hizo una serie de televisión de esta hazaña emitida en 2014 por Antena 3, titulada El corazón del océano protagonizada por Ingrid Rubio y Hugo Silva.
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