El actor Javier Viana se recupera del Covid-19: “De esto se sale”

El actor almeriense Javier Viana se recupera del Covid-19 en su casa de Málaga. "He pasado la curva de fiebre jodida y ya estoy de otra manera, pero he estado agarrado a la barandilla", confiesa el intérprete en declaraciones a LA VOZ.

El joven asegura que no tiene ni idea de cómo se contagió, ya que en las últimas semanas estuvo bastante expuesto entre actuaciones en el Teatro Cánovas, charlas con chavales y el contacto con la Escuela de Arte Dramático de Málaga, una ciudad que desde el minuto uno de la pandemia ha registrado el mayor número de casos de Andalucía. "Estamos en el aire y podemos pillarlo en cualquier lugar", comenta.

Viana está dentro del grupo de transmisición comunitaria, pues no se ha llegado a someter al test, ni ha estado ingresado en el hospital, todo el seguimiento lo ha tenido telefónicamente. "Empecé con los síntomas fuertes el sábado 14, el mismo día que decretaron el estado de alarma, y estuve hasta el jueves con fiebres fuertes; los primeros días no me iba el termómetro y no me pude medir la temperatura, pero luego lo hice y he llegado a tener 39,8, a partir de 40 te ingresan", relata.

Javier ha reunido síntomas propios del Covid-19 como flemas amarillentas y unos picos de fiebre que lo dejaban inmovilizado: "Con un dolor de cabeza y de articulaciones que te cuestionas qué esta pasando".

El tratamiento que ha seguido es el que todos sabemos: Parancetamol, Fluimucil y Nolotil. Fármacos que lo han ayudado a sentirse mejor en su retiro porque "esto hay que pasarlo solo". "Tengo un tío que vive cerca con llaves de casa y del garaje y él me ha estado dejando las cosas ahí. Lo bonito es la cantidad de atenciones que he tenido de gente querida, que es lo que nos llevamos de esta locura. Me he sentido muy afortunado, muy querido y muy atendido", expresa.

Según cuenta, los médicos le han indicado que el virus permanece activo unos 14-15 días, de modo que no puede bajar la guardia hasta final de mes. "Son 28 días sin contacto físico, menos mal que tengo un mundo interior amplio y más o menos lo llevo bien; pero con el rollo de la fiebre no podía leer, la cabeza no me daba. He visto películas y he estado tranquilo con tiempo para meditar", afirma.

El alma máter de la compañía BUM Creaciones explica que el peor momento lo vivió al principio, hasta lograr tener una atención médica telefónica. "Fueron doce horas de espera, de las cuatro de la tarde a las cinco de la madrugada, tenía 225 personas delante; entiendo que al principio hubo un colapso, ahora parece que está todo más controlado y hoy, por ejemplo, he tenido un trato estupendo", indica.

"De esto se sale, es durillo pero es como otra enfermedad que podemos pasar cualquiera; es más peligroso si tienes otra dolencia paralela y para los mayores", señala.

A su juicio, quizá esta situación sea un buen momento para afianzar las relaciones personales. "Igual esto es un toquecillo de atención, ojalá pudiera mandar mis anticuerpos en un botecito", concluye.