Por una Gran Vía huérfana de tráfico y peatones, presidida por el luminoso de Schweppes desde el que colgaba Santiago Segura en 'El día de la bestia', solo camina una persona. La arteria madrileña aparece cubierta por un espectral cielo gris, como en la pesadilla inicial de 'Abre los ojos'.
De nuevo, el cine. Por una desolada Picadilly Circus, como en aquel Londres conquistado por los infectados de '28 días después', la misma persona, con idéntica ropa: jersey, vaqueros, deportivas y una felpa. Su imagen se repetirá en otros paisajes urbanos sin rastro de almas: Nueva York, Boston, París, Berlín, Barcelona, Venecia.
Son fotografías que parecen extraídas de la irreal realidad que vivimos desde que el coronavirus colapsó el mundo pero no: están tomadas durante 2019 y forman parte de un cortometraje. Una pieza audiovisual, aún inédita, que se erige ahora como una profética crónica de este confinamiento global que ha frenado el minutero del siglo XXI. Su título es, claro, 'Solo', y tras él está, solo también, multiplicándose en los distintos aspectos técnicos (proceso artístico, dirección, guion y montaje), el almeriense Olmo Blanco.
"Es una historia que habla más de la soledad interior que de la exterior, de esa sensación de que estás rodeado de gente pero en el fondo estás solo", detalla en declaraciones a LA VOZ.
De formación audiovisual completamente autodidacta, Olmo, de 24 años, emprendió este proyecto en enero del pasado año. Aunque su vocación es el canto lírico, para lo que estudia en Madrid, la fotografía siempre ha sido una de sus grandes aficiones. Tras realizar el poema visual 'Tiempo', rodado en parte en localizaciones de Almería, se embarcó en una aventura que le ha llevado a viajar por distintas ciudades del mundo para despojarlas de movimiento con su cámara: lo único con vida en los planos, al margen del caminante que él mismo encarna, son los anuncios luminosos o la presencia de pájaros.
"Suelo grabar los domingos a primera hora de la mañana, cuando apenas hay gente, durante cinco o seis minutos. Elijo el encuadre, por dónde quiero aparecer yo y espero que no haya nadie delante ni detrás", cuenta. En ocasiones, ha llegado a emplear media hora para apenas lograr cinco segundos útiles.
Después, Olmo se emplea en un minucioso trabajo de edición (algunas secuencias le han llevado 50 horas) en el que va seleccionando distintas partes del encuadre para 'vaciarlo' e ir haciendo máscaras. Elimina así la aparición de coches y peatones y altera algunos elementos del mobiliario urbano con técnicas 3D. "Además, retoco otros elementos que pueden estropear el fondo, como coches aparcados. En definitiva, todo lo que no transmita sensación de soledad". Algo que puede verse, por ejemplo, en estas dos imágenes del neoyorquino Flatiron.
Junto al catálogo de grandes urbes, en 'Solo' se colará Almería: una secuencia grabada desde la Puerta de Purchena en la que se podrá ver la rambla Obispo Orberá. Eso sí, para verla aún habrá que esperar al montaje final del corto, que durará no más de cinco minutos y que su creador quiere tener listo para septiembre. Entonces tiene previsto estrenarlo en sus redes sociales: cuenta con 27.500 suscriptores en YouTube y más de 65.000 seguidores en Instagram. "He hecho esto por pasión y por transmitir un mensaje", dice.
Un mensaje de "esperanza" que incita a salir del letargo. "Hablo de alguien que está perdido en su mundo interior, siempre penando. No puedes descubrir las cosas si te quedas parado. Si no caminas, si no das un paso y te mueves, nunca llegará nada".
De momento, 'Solo' ha comenzado su recorrido, que se antoja largo, con este adelanto, más sobrecogedor aún por lo que uno ve cuando se asoma a la ventana. En cualquier rincón del mundo.
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