La primera vez que le entrevisté, acababa de cumplir los 30 y tenía en la mirada la ilusión de quien comienza un proyecto que quiere darle una buena sacudida a todo lo establecido. Hoy, con un hijo y ocho años de gestión cultural a sus espaldas, Carlos Vives (Valencia, 1981), ha logrado consolidar a La Oficina como uno de los proyectos de referencia en cuanto a al arte contemporáneo y alternativo de la capital. No han parado su marcha y tratan de sobrevivir a esta cuarentena a base de una buena actividad online y el apoyo de sus más fieles.
- ¿Qué ha cambiado en La Oficina en estos ocho años?
Mucho, igual que Almería también ha cambiado. Y ahora no sé hacia dónde vamos a ir, pero también viene otra transformación enorme. Mirando hacia atrás, la idea original no tenía muchas pretensiones, aunque sí era ambiciosa. Era algo que hacíamos unos amigos en un garaje, como todo el mundo ha hecho alguna vez. Al final, ha terminado así y seguimos en proceso.
- Y habéis terminado recibiendo al ex ministro de Cultura.
Además, José Guirao se convirtió en amigo antes que ministro. Puede sonar presuntuoso pero lo cierto es que él tomó nuestra amistad cuando le conocimos para la charla. Hicimos una amistad fantástica todo el grupo de TEDx. Después de eso tuvimos con él una entrevista online que fue la primera que dio después de dejar el escaño.
- En aquella primera entrevista que tuvimos me hablabas de “un espacio para la cultura libre”. ¿Habéis podido seguir siendo libres a pesar de haber crecido?
La verdad es que no sabemos si hemos crecido mucho, pero no hemos hecho nada que no queramos. Sí dejamos de hacer cosas que no nos interesan, porque creemos que ya hemos pasado por ello, que hemos avanzado o que hemos evolucionado. Ahora buscamos una línea más definida de cultura: más innovación, vanguardia y arte contemporáneo.
- ¿Os sentís, en parte, germen y dinamizadores de la cultura en Almería?
Lo que hemos hecho, en realidad, es copiar. Copiar cosas que hemos visto en otros sitios y transformarlas para traerlas a la idiosincrasia de nuestra tierra. Lo interesante es que la gente ha visto que la fórmula funciona, que cuando crees en un proyecto y tiras para adelante, puede funcionar. Luego unos aguantan más y otros menos, pero al final la gente está haciendo cosas.
- Habéis seguido teniendo actividad durante la cuarentena. Parece que sobrevivís a todo esto.
En realidad, estamos bastante preocupados, porque en dos meses se supone que abrimos, pero ese tiempo a nosotros nos mata, como a todos los movimientos pequeños. Si no se nos apoya, difícilmente se puede sobrevivir. Por eso estamos ahora cerrando una campaña para apoyar el proyecto, porque nosotros vivíamos de las aportaciones de los socios y poco más. Siempre hemos tenido una economía de guerrilla, pero esto nos ha hecho darnos cuenta de lo débiles que somos. Quizás sea este el momento para un cambio. El miedo es ¿podremos seguir hasta ahora? Lo haremos porque estamos generando mogollón de contenido online, la idea es continuar con el proyecto cada vez más fuertes.
- Los generadores de cultura sois los que nos estáis salvando la cordura.
Tenemos que empezar a reflexionar sobre esa frase y pensar en que si el arte, nuestro patrimonio, lo que nos han dejado y estamos generando ahora nos sirve para apoyarnos y ayudarnos en momentos complicados, deberíamos de empezar a pensar, como sociedad, cómo podemos devolverle algo. Igual que agradecemos a los sanitarios, habría que pensar en eso para los creadores; ser conscientes de lo que se hace.
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