Marta Rodríguez
22:43 • 15 nov. 2011
“Nuestra ley electoral no es proporcional. La dimensión del distrito es el factor determinante. Sólo los dos grandes partidos obtienen mayor representación que número de votos y el consenso entre ambos es fundamental para la reforma de la Constitución. Nunca cambiarán un sistema que los beneficia”. Ésta es una de las ideas que el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, Álvaro Soto Carmona, sostuvo ayer en su conferencia ‘Sistema electoral: ¿una decisión neutral?’.
Enmarcada en el quinto Congreso Internacional Historia de la Transición en España que se desarrolla hasta el jueves en el salón de actos del Centro Asociado de la UNED Almería, la ponencia de Soto Carmona se prolongó a las primeras elecciones democráticas de junio de 1977. “En esos comicios, tres cuartas partes de la población ejercieron por primera vez el derecho al voto. La dictadura había acabado con cualquier forma de cultura democrática y el voto al líder, Adolfo Suárez en aquella época, sustituyó esas carencias”, manifestó.
En este sentido, señaló, “se produjo un rechazo masivo a todo lo que se identificaba con el franquismo y también con el comunismo, pues se trataba de huir de lo que había ocurrido en la Segunda República Española”.
El catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid indicó, a continuación, que en España se dio un fenómeno sin precedentes cuando UCD, coalición de grupos de ideología diversa, se derrumbó en 1982, después de haber ganado dos comicios seguidos. “Las tensiones internas eran insoportables. Sólo hay un antecedente de un caso parecido en Turquía”, subrayó.
Un pluralismo limitado
Álvaro Soto Carmona explicó que el pluralismo de los partidos políticos es limitado y puso como ejemplo el sistema proporcional con voto de lista bloqueada al Congreso de los Diputados y las listas abiertas al Senado. “Aunque los ciudadanos, en la mayoría de los casos, terminamos votando a los mismos”, expresó.
Según el sistema de D’Hondt, que entre otros países se aplica en España, los partidos más grandes obtienen mayor representación que votos y los pequeños, más votos que representación. “Sólo los partidos nacionalistas se quedan como están”, apuntó.
Así las cosas, en las treinta provincias de España en las que se eligen entre 3 y 5 escaños, el sistema funciona como mayoritario, no como proporcional. En los 18 distritos en que se disputan de 6 a 10 escaños, el sistema funciona como mayoritario atenuado o proporcional corregido. Mientras, en los cuatro que se disputan más de once, se pierden menos votos y el sistema es más proporcional.
“Nuestro sistema electoral es estable, aunque origina desajustes. No fue diseñado para generar mayorías absolutas, pero se han producido varias desde su implantación. Ahora los indignados han puesto encima de la mesa la necesidad de reformarlo”, recordó Soto Carmona.
El programa de hoy arranca a las 10 horas con ‘El PCE y los partidos comunistas de nacionalidad en la Transición’, a cargo de Antonio Elorza Domínguez, de la Universidad Complutense de Madrid.
Enmarcada en el quinto Congreso Internacional Historia de la Transición en España que se desarrolla hasta el jueves en el salón de actos del Centro Asociado de la UNED Almería, la ponencia de Soto Carmona se prolongó a las primeras elecciones democráticas de junio de 1977. “En esos comicios, tres cuartas partes de la población ejercieron por primera vez el derecho al voto. La dictadura había acabado con cualquier forma de cultura democrática y el voto al líder, Adolfo Suárez en aquella época, sustituyó esas carencias”, manifestó.
En este sentido, señaló, “se produjo un rechazo masivo a todo lo que se identificaba con el franquismo y también con el comunismo, pues se trataba de huir de lo que había ocurrido en la Segunda República Española”.
El catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid indicó, a continuación, que en España se dio un fenómeno sin precedentes cuando UCD, coalición de grupos de ideología diversa, se derrumbó en 1982, después de haber ganado dos comicios seguidos. “Las tensiones internas eran insoportables. Sólo hay un antecedente de un caso parecido en Turquía”, subrayó.
Un pluralismo limitado
Álvaro Soto Carmona explicó que el pluralismo de los partidos políticos es limitado y puso como ejemplo el sistema proporcional con voto de lista bloqueada al Congreso de los Diputados y las listas abiertas al Senado. “Aunque los ciudadanos, en la mayoría de los casos, terminamos votando a los mismos”, expresó.
Según el sistema de D’Hondt, que entre otros países se aplica en España, los partidos más grandes obtienen mayor representación que votos y los pequeños, más votos que representación. “Sólo los partidos nacionalistas se quedan como están”, apuntó.
Así las cosas, en las treinta provincias de España en las que se eligen entre 3 y 5 escaños, el sistema funciona como mayoritario, no como proporcional. En los 18 distritos en que se disputan de 6 a 10 escaños, el sistema funciona como mayoritario atenuado o proporcional corregido. Mientras, en los cuatro que se disputan más de once, se pierden menos votos y el sistema es más proporcional.
“Nuestro sistema electoral es estable, aunque origina desajustes. No fue diseñado para generar mayorías absolutas, pero se han producido varias desde su implantación. Ahora los indignados han puesto encima de la mesa la necesidad de reformarlo”, recordó Soto Carmona.
El programa de hoy arranca a las 10 horas con ‘El PCE y los partidos comunistas de nacionalidad en la Transición’, a cargo de Antonio Elorza Domínguez, de la Universidad Complutense de Madrid.
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