La participación de los españoles en la II Guerra Mundial aún tiene algunos capítulos por escribir. En estas páginas, los lectores han podido conocer las aventuras –y desventuras- de algunos de aquellos almerienses que cruzaron un día la frontera española hace ahora 81 años y que se embarcaron en la lucha contra los fascismos europeos, tal y como habían hecho en España. Esa lucha llevó a miles de españoles a participar, de una forma u otra, en las resistencias contra quienes les había expulsado de su país y había provocado que sus vidas cambiaran radicalmente. El recuerdo de los alemanes e italianos estaba muy vivo entre los republicanos exiliados, que no olvidaron que fueron un pilar principal para las fuerzas sublevadas. La expulsión de España no hizo sino acentuar ese recuerdo. A lo largo de 1939 miles de republicanos se alistarían en la Legión Extranjera francesa, las Compañías de Trabajo y en los Batallones de Voluntarios que les llevaría a participar de forma voluntaria o involuntaria en el teatro de operaciones de la guerra. La mayoría de los enrolados en la Legión Extranjera y en los Batallones de Voluntarios fueron destinados a la legendaria 13ª Medio Brigada.
La 13ª Medio Brigada de la Legión Extranjera
Uno de aquellos almerienses de la 13ª fue Andrés Parra Fuentes. Sus padres, Francisco y Ana María, lo trajeron al mundo en Taberno un 6 de septiembre de 1918. Medía 1.70 metros, tenía los ojos verdes y el pelo moreno. Con apenas 17 años se marchó voluntario al ejército republicano, donde alcanzó el grado de Cabo y ocupó trabajos de chófer. En febrero de 1939 cruzó la frontera hacia Francia y fue internado en el campo de Bram. Aquellos campos eran lugares infectos y los internos recibían un trato por parte de los franceses que, en la mayoría de los casos, dejaban mucho que desear. Andrés Parras decide abandonarlos y enrolarse en la Legión Extranjera. En marzo de 1939, apenas unas semanas después de entrar en Francia, firma un contrato por cinco años con el Ejército francés y es enviado a Sidi-bel-Abbés, en Argelia, sede de la Legión. Allí va a permanecer durante todo el año 1939, instruyéndose bajo las órdenes de las autoridades militares, y posteriormente, en la 13ª Medio Brigada de la Legión Extranjera (13º DBLE en francés), que fue creado en febrero de 1940 y estaba compuesta por un regimiento de infantería con dos batallones y una sección motorizada con un total de 2.000 hombres, la mayor parte de los cuales eran voluntarios españoles.
Narvik, españoles en los fiordos noruegos
El 9 de abril de 1940, los alemanes invadieron Noruega y ocuparon Narvik. Los cuerpos expedicionarios británico y francés ayudaron a las fuerzas noruegas en un intento de recuperar el territorio ocupado por la Werhmacht. Desde Sidi-bel-Abbés, Andrés Parras y los demás los voluntarios de la 13ª viajaron a Marsella, en el Mediterráneo, y después hasta Brest, al noroeste de Francia. La 13º DBLE embarcó el día 12 de abril de 1940, en el puerto de Brest, a bordo del Villa de Argel y sin conocer el destino. El 14 de mayo los legionarios desembarcaron en Bjervick, y con el apoyo de la artillería naval, el ejército aliado se apoderó del puerto y las inmediaciones. Lograron contener a los alemanes, a los que incluso obligaron a retroceder varios kilómetros hasta controlar los puertos cercanos a Narvik. Días antes, el 10 de mayo, Alemania lanzó el ataque contra Francia, y en vista del desastre que se estaba produciendo en la frontera francesa ante el avance alemán, el 7 de junio, los efectivos de la 13ª Medio Brigada abandonaban Noruega para dirigirse a Inglaterra con la intención de continuar hacia Francia, no sin antes inutilizar los principales puntos estratégicos que habían conquistado.
La odisea de África
La 13ª estaba de vuelta en Gran Bretaña el 13 de junio y se prepararon para su defensa al tiempo que se encargan de cubrir a soldados que llegan desde Dunquerque tras ser derrotados por el ejército alemán. La moral de los soldados, especialmente los franceses, está en sus horas más bajas. Andrés Parra y el resto de los expedicionarios se encuentran en una situación difícil: deben elegir entre salir de ejército y buscar un futuro incierto, o seguir combatiendo del lado de los Aliados. El General De Gaulle convenció a los soldados para continuar la lucha para liberar Francia. La 13ª Medio Brigada, acantonada en el campamento de Trentham Park, decide unirse a la Francia Libre. De los 2.000 legionarios, se unieron 1.100 legionarios, de los cuales 835 eran españoles. Junto a otros 15.000 hombres presentes en Inglaterra, la 13ª formó el núcleo de las "Fuerzas Francesas Libres". El 31 de agosto 1940 zarparon de Liverpool hacia las colonias africanas francesas. Para la 13ª comienza la epopeya que les lleva a reconquistar Dakar, Camerún y Sierra Leona, que estaban manos de los franceses colaboracionistas. Tras pasar por el Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, la 13ª bordea todo el continente hasta llegar a Eritrea y se la arrebata a los italianos. El ciclo se completa cuando se unen a la 1ª Brigada francesa del coronel Monclar en Oriente Medio.
La batalla de Bir-Hakeim
El periplo por África no había terminado para los expedicionarios. La Legión Extranjera había conseguido conquistar todas las colonias del África ecuatorial, pero quedaba aún las más importantes y que estaban bajo control alemán y el temido coronel Erwin Rommel: Egipto, Túnez y Argelia. Las fuerzas estaban muy igualadas y el escenario del norte de África era estratégico para garantizar los suministros que cruzaban el Canal de Suez. Uno de los primeros choques decisivos fue la batalla de Bir-Hakeim. Los combates fueron durísimos y los españoles mostraron una valentía reconocida por los propios mandos franceses al resistir valerosamente los ataques de Rommel. Bir-Hakeim fue una derrota victoriosa al retrasar a los alemanes y permitir el avance de los aliados hacia Egipto. La 13ª, tras más de dos años de incesantes luchas por todo el continente africano, celebra que se les otorgue un pequeño descanso y son destinados a Libia. En ese trayecto, Andrés Parra sufre un grave accidente de coche que le deja herido y le aleja durante varias semanas fuera de combate. Era verano de 1942.
Y de nuevo, Europa
Andrés se recuperó en un tiempo corto y se incorporó rápidamente a las filas. A lo largo de 1942, la 13ª Brigada Mixta participó en las batallas que consolidaron el poder aliado en África y expulsaron a los alemanes de Egipto. La balanza de fuerzas de la II Guerra Mundial empezaba a igualarse y se prepararon para el asalto de Europa. En el verano de 1943, los Aliados planean varias opciones para invadir Europa y se deciden por Italia. La 13ª Brigada Mixta y las fuerzas francesas quedarían al mando de general americano Eisenhower.
La campaña de Italia puso de nuevo sobre la mesa el valor de los expedicionarios de la 13ª y ganaron palmo a palmo las tierras de Sicilia y Calabria.
Consolidado todo el centro y sur de Italia, la 13ª abandona tierras italianas para centrarse en recuperar el sur de Francia una vez que ha comenzado el Desembarco de Normandía. En agosto de 1944 desembarcaría en Saint Raphael, en la Costa Azul. Subirían hacia el valle del Ródano hasta los Vosgos y Colmar, en la frontera franco-germana. En la zona de Colmar, los alemanes resistieron con fiereza el ataque de los Aliados, causando numerosas bajas entre las fuerzas francesas y aliadas. Estrasburgo era el objetivo, pero no fue la 13ª la que se ganó la gloria: otro grupo de españoles habían llegado antes y entraron en la ciudad francesa. La Nueve, la mítica compañía española, llego antes que los españoles de 13ª Brigada Mixta. La convergencia de La Nueve y La Trece en Europa fue un punto culminante del compromiso de los españoles con la lucha antifascista.
Andrés Parra
La trayectoria vital de Andrés Parra Fuentes merece más que un artículo en este periódico. La cultura posbélica ha situado a americanos, ingleses, alemanes y soviéticos en el protagonismo de las acciones bélicas de la II Guerra Mundial. Y nuestra propia historia ha situado en los márgenes a los españoles antifascistas.
No fueron pocos. Fueron miles los españoles, que como Andrés, arriesgaron sus vidas para que otros pudieran tener un futuro en libertad. Andrés siguió vinculado a la 13ª Brigada Mixta de la Legión Extranjera hasta finales de 1945, cuando se encargaba de cuestiones de oficinas. Su contrato por cinco años había finalizado y era hora de volver a la normalidad, si es que para un soldado que llevaba en guerra desde 1936 era posible. No sabernos qué pasó con él tras finalizar la II Guerra Mundial, pero a buen seguro que llevaría dentro con orgullo el haber sido partícipe en la derrota de quienes habían roto su vida años atrás.
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