En 1929, la escritora inglesa Virginia Woolf publicó su obra más conocida: ‘Una habitación propia’. Una obra que gira en torno a un espacio literal y ficticio para escritoras que se encuentran dentro de una tradición literaria dominada por hombres. Esto, es de alguna manera lo que pretende ser La Resistencia Almería, un espacio propio en el que dar voz y visibilidad a cualquiera que quiera cruzar sus puertas.
Un lugar seguro y libre de juicio, dónde el debate amistoso es la práctica habitual.
Situado en la Calle Murcia su local es casa de todos, Sin importar género, procedencia, religión, u orientación sexual. Allí siempre habrá alguien entusiasmado por escuchar tu historia.
Una iniciativa que surge de la necesidad de visibilizar desde un ambiente sociocultural a las minorías y a toda clase de colectivos. Un lugar de reunión y de encuentro asistido por personas de todos los ámbitos profesionales: psicólogos, trabajadores sociales, profesores, etc. Pues tal y como cuenta el voluntario Adrián Ferrón: “La profesión no nos importa. La cuestión es que todo el mundo, sin importar su trabajo o estudios, puede ayudar y formar parte de un gran cambio para la comunidad, aportando su granito de arena particular”.
Juntos en la distancia
Según Ferrón, la cuarentena ha sido un golpe duro para la asociación, que pese a las abruptas circunstancias se ha sabido adecuar a la situación de manera rápida y eficaz gracias a los esfuerzos de sus colaboradores.
Manteniendo las redes sociales con una alta actividad y organizando interacciones de todo tipo para su público de Facebook e Instagram en formato charla y entrevista, La Resistencia ha mantenido viva la llama de su esencia: la sororidad y la difusión de contenidos didácticos con sus seguidores.
Variedad temática
Temas como el feminismo, la lucha social, la inmigración, el ecologismo son puestos en valor durante actos y charlas abiertas a discusión.
“Nuestro lema es aprender unos de otros desde la pedagogía, pues siempre hay algo que descubrir o que apreciar cuando cada uno comparte su punto de vista”, explica Ferrón. Una asociación que se basa principalmente en el trabajo de calle, en el ayudar y ser ayudado, en llevar la cultura a todos los rincones de la capital desde distintos tipos de eventos, implicándose al máximo con actividades entorno al patrimonio cultural.
Eventos que recogen desde cuentacuentos para los más pequeños, cine forúms, recitales de poesía a charlas sobre arte menstrual.
Nuevas oportunidades
La bandera arcoíris corona la puerta de La Resistencia, como símbolo de protección y lucha a favor del colectivo LGTBIQ+. Un rótulo que pretende dar nombre a un lugar dónde lo tabú es lo único que no tiene cabida. Un lugar dónde resistir del sexismo, la homofobia, el racismo, el machismo y cualquier otra clase de discriminación. Un espacio donde aprender sin temor a ser juzgados, y a abrir la mente a otras realidades. En la Resistencia acogen a todo aquel que quiera formar parte de un todo.
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