Poesía y flamenco, amantes

En lo más delicado del cante la mano de Sonia Miranda parecía buscar la luz del lugar, quizás el último rastro perceptible de ese dios poético y casi tangible que cantó Valente y en el que ya sólo creen los agnósticos.  Era el idilio de la Poesía y el Flamenco, amantes de antiguo que a veces se encuentran y se deshacen mutuamente.  

El homenaje al poeta que se hizo almeriense sin dejar de ser gallego, iluminó la Plaza Vieja en la voz de Sonia Miranda y en la guitarra de Antonio Luis López. 

El concierto basado en el ramillete de poemas que Valente regaló a la Peña El Taranto bajo el título ‘9 Cantares’ resultó ser algo más que un bellísimo homenaje.  Fue también la constatación de la madurez artística de Sonia Miranda y de la profundidad creativa de Antonio Luis López.  

Era el Flamenco total, con todo respeto, pero sin complejos, a estas alturas ya inútiles. Acorde con esta especie de Edad de Oro que está viviendo la música en Almería. al menos en la última década. Con Sonia  y Antonio Luis, otros músicos notables pese a su juventud como Octavio Santos.  

Y más nombres: el percusionista  Johnny Cortés, preciso y delicado: las guitarras acompañantes de Juan David Lázaro y David Rodríguez y los coros de Trini Bosquet y José Luis García . El espectáculo incluyó la danza de Isabel Guirado y al poeta Raúl Quinto como declamador.

‘9 Cantares’ invita a leer la poesía de Valente en la garganta de Sonia. En las manos de Sonia. En la sonrisa amanecida de Sonia.  Una suerte de lluvia fina vivificadora para estos páramos que enamoraron al poeta y luego florecieron en poemas y en cante.

Poesía y Flamenco Suena a tópico, pero es cierto. Abordar la Poesía como aportación  literaria al Flamenco -para cualquier ámbito musical- es siempre un reto de la máxima exigencia en cuanto al talento y la responsabilidad. Existen magníficos precedentes de creaciones flamencas a partir de la obra de poetas inmortales. Algunos, maravillosos y otros dudosos en algún aspecto.  Pero  ‘9 Cantares’ de Sonia Miranda y Antonio Luis López ha alcanzado ese estadio en el que resulta difícil distinguir dónde acaba la sensibilidad del poeta y dónde comienza el temperamento de la cantaora, el talento del guitarrista y de los músicos que le acompañan.

Es posible, que tras incorporar algunas innovaciones en la puesta en escena, este concierto, que tiene como compañera de viaje una deliciosa edición de los textos y los cantes, marque un hito. No sólo por el valor intrínseco desde el punto de vista flamenco y musical, sino porque se trata de Valente. Porque se trata de la Almería que no quiere caer en los tópicos y en la mediocridad. 

Pese a las dificultades que plantea la situación actual para  la música en directo ‘9 Cantares’ presenta todas las credenciales para pasar por los escenarios más importantes, dejando rastro. Dejando la huella de un poeta que quiso entender el Flamenco desde las brumas de su tierra natal y acabó arrojando luz sobre sus entresijos.

Ahora que los neurocientíficos parecen haber descubierto que el alma no existe, al menos nos queda Valente. Y Sonia.