‘Las ovejas duermen en familia’ o cómo contar toda una vida en tres páginas

¿Qué tienen en común el poeta Federico García Lorca, una bailarina rusa venida a menos, dos pastores almerienses y un soldado destinado a Afganistán? Todos ellos residen en Alcandora, un lugar lleno vida, muerte, éxito y decadencia, entre otras muchas situaciones indescriptibles.

El encargado de llenar de historias ese lugar imaginario llamado Alcandora es el periodista y escritor Ricardo Alba Santamaría (Madrid, 1958) afincado en Mojácar. Quizás una de las pocas plumas capaces de hacer encajar personajes tan variopintos como los mencionados en un mismo libro.

Todo en un trabajo de orfebrería literaria titulado ‘Las ovejas duermen en familia’. Una publicación de relatos cortos, lo que en un primer momento puede sorprender a quienes conozcan los detallados reportajes con los que Ricardo Alba es capaz de plasmar en el papel hasta el brillo de los ojos de sus protagonistas.

Formato breve
El truco, al menos en parte, radica en que es capaz de condensar en dos o tres páginas (lo que dura un relato) toda la vida de sus protagonistas, ahora imaginarios. Pero hay más razones para la elección de este género literario.

“Este formato surge porque en ciertos momentos, cuando leo un libro de setecientas páginas, tengo que volver a la página treinta y cinco para comprender qué sucede en la trescientos veinte, por ejemplo. No quiere decir que esos libros no sean buenos pero he optado por los relatos porque son lecturas cortas, amenas y que se pueden dejar sobre la mesita y retomarlas cuando a uno le apetece”, valora.

Una lectura al alcance de todos aunque no por ello menos rica si se compara con otros géneros literarios como puede ser una novela. Ricardo Alba no busca la sorpresa fácil (tan de moda en estos días ya sea en la literatura o en las series televisivas de gran presupuesto) ni un giro de guion forzado.

Tampoco hay una moraleja que extraer en muchos de los relatos. Son, simple y llanamente, historias llenas de personalidad, que no es poco. “Se busca contar una historia. Trata de despertar alguna emoción o sentimiento y que en un momento alguien vea que se ha llegado a esa fibra sensible que todos tenemos. Son personajes que no tienen un giro sorprendente pero sí tienen algo que en unos casos conmueve, en otros te producen rechazo…”, explica el escritor.

Como ejemplo, un encuentro entre García Lorca y Lupe Sino (pareja del fallecido torero Manolete), la historia de un soldado español que pisa una mina y que, sin poder mover un milímetro el pie para no saltar en pedazos, deja su vida en manos de la ayuda de un niño afgano, la historia y trascendencia social (demasiadas veces invisible) de oficios como el de pastor o afilador… Desde luego “singularidades” no faltan en Alcandora.

Personajes reconocibles
Son relatos que parten de unos cimientos reales basados en experiencias personales y profesionales del escritos pero que nos presentan a personajes cotidianos para que los observemos desde un prisma por el que no estamos acostumbrados a verlos. “Te puedes encontrar con gente adinerada, tímidos, porreros… Pero con una particularidad. A cada uno de ellos nos los encontramos en la calle. Nos cruzamos con ellos diariamente. Y a esos personajes les he dado cuerpo y los he situado en las calles de Alcandora”, detalla Alba Santamaría.

Quien desee adentrarse en su Alcandora particular puede hacerlo consultando la disponibilidad del libro en la editorial ‘Hebras de Tinta’ o bien entrando en la página web de su autor: www.ricardoalba.es.  Le esperan 131 páginas llenas de personajes e historias fantásticamente hilvanadas.