Antonio García, Niño de Las Cuevas “Almería tiene preciosos cantes de Navidad, desconocidos para muchos, como los Aguilandos”

Marta Rubí
23:34 • 03 ene. 2012
La Navidad del Niño de las Cuevas tiene sabor familiar, como las de mucha gente, pero multiplicada ya que el grupo que tiene con sus hijos realizan estos días multitud de actuaciones para asociaciones o en la peña El Morato desde donde promueven el flamenco.

¿Cómo recuerda su Navidad de Niño?
Me acuerdo sobre todo de ir con mi padre, en Cuevas de los Medina, a cantar por las cosas, a pedir el aguinaldo. Yo era muy chico pero iba con él y lo recurdo muy bien.

¿Mantiene la tradición años después?
De pedir el aguinaldo no, pero sí que vamos cantando por la callle; hemos cambiado las casas por los bares tradicionales, los de los amigos, que son también nuestras casas y así, el día 24 visitamos El Puga, el Quinto Toro.., y cantamos villancicos. La gente que no lo sabe y nos encuentra se sorprende mucho.

¿Villancicos flamencos?
Cantamos de todo, los flamencos como la marimorena, los populares, los clásicos, pero cantamos muchos cantes de Navidad almerienses, que hay preciosos y son desconocidos por la mayoría de los almerienses, como el Villancico de Balerma o los Cantes de los Aguilandos. Si no los cantáramos nosotros, no los cantaría ya nadie.

¿Cómo es el maridaje entre el flamenco y la Navidad?
Perfecto. El flamenco es una manifestación musical muy versátil. Igual que en Semana Santa se adapta a la saeta, en Navidad es perfecto para los villancicos y le da carácter a lo popular, lo realza. Es además un arte muy alegre en Navidad, que transmite muchas emociones, aunque también hay cantes navideños más melancólicos. La Navidad es también momento para acordarse de aquellos que faltan, y de los que necesitan nuestra solidaridad.

De hecho la Navidad del Niño de las Cuevas es bastante solidaria.
Acudimos con el grupo a los colectivos que nos lo piden para actuar y estar con los necesitados y verles sonreir, si los hace más felices, es estupendo. No faltamos nunca a la cita con Cruz Roja y luego vamos a dos o tres sitios más.

¿Cómo se siente al tocar con sus propios hijos?
Como una gallina clueca (ríe). Se crea un ‘feeling’ especial y la gente nota esos sentimientos que nos transmitimos. Recientemente tocamos en el Apolo en la entrega de los premios Sajarov, con una recopilación de temas de Los Puntos con sabor andalusí ya que le otorgaron el premio a la Primavera árabe. Incluimos violín, que responde a la idea del mestizaje del flamenco, de esa idea de que el flamenco casa con todo, y fue muy especial.

¿También casa con la música clásica?
Sí, mucho, y lo demuestra el violinista Ara Malikian, que trabaja mucho con el flamenco. También Tomatito, que en verano tocó con la Orquesta Ciudad de Almería. Y claro, cuando partes de la calidad de Tomatito y la OCAL, todo suena bien. El problema está cuando se parte de la mediocridad.

¿A quién le queda por acompañar?
La verdad es que yo ya he cumplido mis metas, he acompañado a artistas que me parecían inalcanzables como Enrique Morente o Chano Lobato, e incluso a Juan Valderrama. Estoy muy satisfecho con lo que he conseguido, y siendo además autodidacta.






Temas relacionados

para ti

en destaque