La historia de Yago Lamela, atleta especializado en salto de longitud, es la del héroe clásico que siente un deseo irrefrenable de ir más allá de los límites del cuerpo humano. Y los límites de su cuerpo son los 8,56 metros que lo coronaron como subcampeón del mundo hasta que otro deportista le arrebató la marca al saltar quince centímetros más allá.
El director de escena y dramaturgo Julio Béjar (Almería, 1987) lleva años fascinado por las conexiones entre la tragedia griega y la vida de Yago quien, de todas las lesiones posibles, acabó padeciendo, cómo no, del talón de Aquiles. Por eso, a lo largo de los años que pasó en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) de Madrid, el joven ‘teatrero’ escribió y reescribió una obra que acabó valiéndole una residencia artística en el Espacio Guindalera y que se ha programado este mes en el Centro Niemeyer de Avilés. El jueves 29 de abril al fin la traerá a su tierra. En concreto, al Teatro Apolo de la capital en el marco del ciclo ‘Delicatessen’.
‘En 8,56’ -así se titula el montaje-, Béjar no solo ve las conexiones con la tragedia griega, sino que tensa los hilos y las fuerza. Y ahí entra en juego la noción de polis. Porque este texto no solo visibiliza la problemática de los deportistas de elite cuando se ven obligados a abandonar la alta competición, sino que contextualiza su derrota individual en otra colectiva: la de Madrid, que fracasó hasta tres veces en su intento de albergar los Juegos Olímpicos.
La primera vez
La primera vez que Julio Béjar vio el salto de Yago Lamela tenía 14 años. “Aquello fue magnético y de una belleza casi hipnótica y si el vídeo de YouTube tiene mil visitas, 900 son mías. Su historia tiene una analogía con el oficio del teatro: con actores que un día actúan en el Real y, al siguiente, hacen globoflexia en un cumpleaños en Alcorcón. Nada te educa para el fracaso salvo el fracaso”, confiesa el director de escena en una entrevista a LA VOZ.
Manuel Martínez, medallista olímpico en lanzamiento de peso y amigo íntimo de Yago, fue a ver ‘8,56’ en el Espacio Guindalera. Su historia podría haber sido la de Lamela. Sin embargo, él encontró las herramientas para seguir adelante y pasar página a través del arte. “Al terminar la obra, nos contó que cuando dejó la alta competición, un día estuvo perdido en la ciudad y durante un lapso de tiempo de tres horas no tenía ni idea de dónde estaba”, relata Béjar.
El equipo
Los integrantes de ‘8,56’ se conocieron durante su formación en la RESAD. Julio Béjar, el autor del proyecto, estudiaba el grado de Dramaturgia en la misma promoción que Federico Ortiz, actor protagonista en el personaje de Yago Lamela.
A ellos se suman Silvia Morell en el papel de la periodista; Tanea Peña como ayudante de dirección; Cristina Manuela como creadora audiovisual y Carlos Cepa que interpreta al presidente. El equipo queda completado con el actor Joseph Ewonde en el papel de Iván Pedroso, el atleta que superó la marca de Yago, y Javier Lago en el de entrenador.
Esta obra es uno de los motores que ha mantenido en activo a Béjar desde el inicio de la crisis sanitaria. Aunque tampoco ha perdido el tiempo. Se ha mudado a una vivienda en el barrio de La Latina que también es una sala escénica y a la que ha llamado Teatro de la Vida y continúa impartiendo cursos online y girando con ‘Trashumancia’, un espectáculo junto al cantautor Víctor Guirado y el armonicista Daniel Ortega.
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